I. X. - OURENSE El alto índice de personas dependientes y la escasez de industria en la provincia son dos de los factores que más determinan el futuro laboral del colectivo femenino de inmigrantes en la provincia.
Tanto las regularizadas como las "sin papeles" entran en su gran mayoría a Ourense por la puerta del trabajo doméstico. En concreto, cerca del 85% se dedican o se dedicaron en algún momento a este tipo de tareas, según los datos que maneja el Departamento de Inmigración de CC OO. Estas cifras colocan a Ourense un 24% por encima de la media estatal de trabajadoras extranjeras en el sector, que se estima en un 61%.
La contratación en la mayoría de los casos es verbal, "por lo que no suelen establecerse de forma clara las condiciones de trabajo, horario o tareas, y en caso de conflicto la trabajadora no puede demostrar los incumplimientos de su relación laboral", explica Ana Barrios, representante comarcal de CC OO.
La contratación verbal provoca unas percepciones salariales ínfimas, que en la mayoría de los casos ni siquiera alcanza el Salario Mínimo Interprofesional, situándose las remuneraciones en una media de 450 euros, según las estimaciones de las tres principales centrales sindicales con representación en la provincia.
A la escasa remuneración se unen los abusos practicados por los empleadores, que se traducen en la restricción de días de descanso, jornadas por encima de las ocho horas e incluso casos de "semiesclavitud", localizados principalmente en los regímenes de trabajadoras internas.
Éstas deben estar disponibles las 24 horas del día y los sueldos son, si cabe, más ínfimos porque el empleador le descuenta la comida y el derecho a cama.
La propia situación irregular de la mayoría de las trabajadoras inmigrantes actúa como una contención, debido al "miedo a la expulsión que les suelen producir las amenazas del empleador de dar parte a la Subdelegación"; apunta la responsable del departamento de Inmigración de CC OO.
La particularidad del sector obliga a una radiografía demasiado generalista del problema, circunstancia que los sindicatos y asociaciones como Xiara intentan corregir con ocasión del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar.