Felipe Noya, Belén Torrón y Ilektra ChourMouriadou, ayer, en Santiago

En el territorio estatal funcionan 17 servicios de salud. En Galicia, el acceso a la tarjeta sanitaria que abre la puerta a una atención continuada exige la presentación de un certificado de empadronamiento, un requisito que, según indica Médicos do Mundo, no exigen Andalucía o Valencia, dos comunidades de distinto signo político que han optado por facilitar el acceso de la población inmigrante al sistema público de salud. Según estimaciones de la ONG, en Galicia son cerca de diez mil las personas extranjeras sin tarjeta del Sergas y, en consecuencia, sin acceso normalizado a la salud.

El miedo de las personas en situación irregular a ser localizadas a través del padrón municipal, en los servicios de urgencias o en las puertas de las asociaciones de apoyo a la inmigración que puedan orientarle en la gestión de los documentos necesarios para acceder a la tarjeta sanitaria es, según denuncia Médicos do Mundo, un factor más que "fai que a xente se alonxe dos servizos".

La organización compareció ayer, Día Mundial de la Salud, ante los medios de comunicación para denunciar que, lejos de estar garantizado, el acceso a la salud que Naciones Unidas reconoce como un derecho fundamental no se cumple para la población inmigrante y, más aún, se ha visto perjudicado por la crisis económica.

Falta de información

Las barreras que dificultan un uso normalizado del sistema por parte de personas extranjeras son diversas. Felipe Noya, miembro de la junta directiva de Médicos do Mundo, señaló un incremento en el número de personas que han perdido su situación regular tras quedarse sin contrato de trabajo, pero también refirió casos en los que la persona en situación irregular acude a la medicina privada por falta de conocimiento de sus derechos. "O primeiro -indicó- é ter conciencia de a que se ten dereito".

Para cubrir este vacío de información, Médicos do Mundo ha editado una guía de acceso a la salud dirigida a las personas inmigrantes, una iniciativa en la que contará con la colaboración de Sanidade a través de la Escola Galega de Saúde para Cidadáns.

De modo paralelo, la ONG ha iniciado en los centros de salud de Santiago una campaña de sensibilización con la que pretende enterrar muchos de los mitos y falsas creencias en torno al uso que las personas inmigrantes hacen del sistema público de salud. Médicos do Mundo echa mano de las cifras y apunta que, si se compara la aportación anual de la población inmigrante a las arcas públicas con los gastos que genera, "o superávit a favor do Estado alcanza os 5.000 millóns de euros".

Contra el temor a la extensión de nuevas enfermedades, la organización subraya que las dolencias asociadas al exceso de horas de trabajo son, junto con los problemas psicológicos -incluso estrés postraumático- derivados de la dura adaptación y la pérdida de identidad, los problemas de salud más frecuentes en la población inmigrante.

rlizcano@elcorreogallego.es