La subcomisión del Congreso que negocia la reforma del voto de los emigrantes aboga por reducirlo exclusivamente al Senado, pero el Gobierno quiere abrir la mano. En medio de la indignación de los colectivos en el exterior ante lo que entienden como un recorte de derechos, el Ejecutivo de Zapatero propondrá menos restricciones.

La subcomisión del Congreso que negocia la reforma del voto de los emigrantes aboga por reducirlo exclusivamente al Senado, pero el Gobierno quiere abrir la mano. En medio de la indignación de los colectivos en el exterior ante lo que entienden como un recorte de derechos, el Ejecutivo de Zapatero propondrá que las restricciones afecten exclusivamente a las elecciones municipales. Su propuesta pasa por mantener el voto del Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) en autonómicas y generales.

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, descarta así que se pueda hablar de recortes de derechos de los emigrantes. "La posición que mantienen el Gobierno y el PSOE, aunque tenemos que buscar el máximo consenso por tratarse de una reforma de la Ley Electoral, es favorable a una circunscripción única para el Senado, a que pueda no haber voto en las municipales y a que haya voto en autonómicas y el Congreso", aclaró en declaraciones a este período. En el ámbito municipal, la limitación se debe a que, según De la Vega, "todo el mundo está de acuerdo" en que el derecho a voto "se condicione" a la residencia en España.

La propuesta de la subcomisión del Congreso, en cambio, reducía el derecho de voto de los residentes ausentes a la elección de cuatro senadores, salidos de listas específicas de los partidos. En Galicia, PSdeG y PP se desmarcaron de una iniciativa pactada por las direcciones nacionales de ambos partidos, y apostaron por mantener el voto en las autonómicas. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aboga, mientras, por "acabar con la anomalía" de que miles de residentes en el extranjero voten "sin saber lo que están votando".Mientras el Gobierno revisaba la propuesta, los partidos gallegos también se distanciaban del pacto inicial, espoleados por las protestas de los emigrantes. Los dos mayoritarios en el Parlamento de Galicia, PP y PSdeG, se desmarcaron del principio de acuerdo de la subcomisión, para reivindicar que los emigrantes sigan votando en las elecciones autonómicas. Como al Ejecutivo de Zapatero, el voto exterior en las municipales les suscita dudas. Curiosamente, el BNG es la única formación que defiende en Galicia el principio de acuerdo negociado en el Congreso por el PP y el PSOE.

Las posturas de los tres grupos del Parlamento de Galicia se aclararán esta semana, en una reunión de los portavoces convocada para analizar la reforma de la Ley Electoral. La propuesta de la subcomisión, apoyada inicialmente por PP, PSOE y grupos minoritarios como CiU, pasaba por limitar el voto de los emigrantes a cuatro escaños en el Senado, que se elegirían en listas específicas para la nueva circunscripción exterior.

La iniciativa de la subcomisión cayó como una bomba entre los emigrantes, indignados con lo que consideran un recorte de derechos. En Buenos Aires, la ciudad con más gallegos en el extranjero, las críticas llegan desde las agrupaciones locales de PSOE, PP y BNG. También los grupos parlamentarios del Congreso han recibido las protestas de los emigrantes. Toda esta presión ha llevado a la subcomisión que preside Alfonso Guerra y al propio Gobierno a matizar su propuesta.

Ayer, el PSdeG fue el primero en pronunciarse. Su secretario general, Pachi Vázquez, manifestó que unas autonómicas sin la participación de los emigrantes serían "difíciles de entender", ya que "forma parte de la historia de Galicia". Con esa idea, Vázquez se ha dirigido por carta a la Xunta, para solicitar una reunión que sirva "para poner en común los puntos de vista". "Galicia debe tener una posición propia", defendió.

La reunión no partirá del Ejecutivo de Feijóo, sino del Parlamento, y será el Partido Popular el que la impulse. En ese encuentro, los socialistas gallegos apostarán por establecer las "máximas garantías" para el voto de los inscritos en el CERA, que pasan por efectuarlo en urna. Vázquez cuestionó, en cambio, el derecho a voto en las municipales. "No se puede dejar que condicione la vida de un ayuntamiento alguien que nunca lo ha visitado", consideró el líder socialista, que no pasó por alto la existencia de una "opinión generalizada" de que ese voto está "muy cuestionado".

Entre los que participan de esas dudas está el PP de Galicia. Su portavoz parlamentario, Manuel Ruiz Rivas, coincide literalmente con Vázquez al considerar el exterior un sufragio "cuestionado". "No podemos huir de un debate social como el hecho de que emigrantes que nunca han pisado un determinado ayuntamiento puedan elegir a su alcalde", reflexiona. Respecto a la posibilidad de que voten en las elecciones autonómicas, apunta que el PP "nunca la cuestionó". "Gran parte de la política de la Xunta tiene que ver con la acción exterior", añade Ruiz Rivas.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se limitó ayer a lamentar la "anomalía" que supone en algunos casos el voto de los emigrantes, mientras afeó al PSdeG que exponga su criterio. "Un poco de lealtad", reclamó. "Hoy es más necesario que nunca no decir una cosa y su contraria", manifestó en Ourense, para reprochar después a Pachi Vázquez por hacer "una valoración antes de que se produzca" la reunión que solicitó.

El BNG, mientras, mantiene que el derecho a voto debe ser "básicamente" para los residentes en Galicia. "Son los que pueden sufrir o disfrutar de los servicios básicos, los que conocen todas las consecuencias de su voto", sostiene el portavoz parlamentario del Bloque, Carlos Aymerich. Los nacionalistas no hacen distinciones entre citas electorales, aunque admiten que puedan votar al Senado, donde su sufragio no tiene trascendencia en la elección del presidente del Gobierno. "El principio del acuerdo de la subcomisión nos parece razonable", asume Aymerich.