E. P. G.

SANTIAGO. La ejecutiva del BNG reafirmó ayer su postura acerca del voto del Censo de Residentes Ausentes (CERA), de manera que ratificó su apuesta por suprimir el sufragio en las elecciones municipales y autonómicas, si bien mostró su voluntad de diálogo con la emigración, que en días pasados expresó sus discrepancias acerca de la defensa que hace la dirección de la formación frentista.

El voto emigrante fue uno de los asuntos que se abordaron los nacionalistas durante su reunión semanal, si bien no constituyó ningún asunto motivo de votación del encuentro, en que también se avanzó en la confección de los censos para las asambleas locales, que darán el pistoletazo de salida para la elaboración de las listas de los comicios municipales del próximo año.

Con todo, según fuentes consultadas por Ep los miembros no obviaron las posturas «oficiosas» de los militantes de la emigración de la formación frentista, que avanzaron la intención de transmitir por escrito su disconformidad al respecto de la postura oficial de limitar el voto en los comicios autonómicos y reducir la participación en las elecciones estatales.

Así las cosas, la dirección nacionalista está dispuesta a dialogar con la emigración para tratar este asunto, pero apuesta por esperar a que se cumplan dos condiciones, por un lado contar con un acuerdo oficial de la emigración -que debe darse en una asamblea comarcal de la diáspora nacionalista- y esperar a que se conozca cómo avanza el principio de pacto alcanzado en la subcomisión del Congreso que debate la reforma de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General.

En otro orden, el parlamentario del BNG y ex conselleiro de Industria, Fernando Blanco, reprochó al miembro del Consello Nacional y líder del Encontro Irmandiño, Xosé Manuel Beiras, sus críticas a la dirección de la formación frentista y le avisó de que en la organización se puede «discrepar», pero lo que «no están permitidos son los ataques sin ningún tipo de fundamento».