La reforma del voto emigrante desata movilizaciones en Suiza y Argentina

La reforma del voto exterior, pactada en el Congreso por la práctica totalidad de las fuerzas políticas, está generando entre las organizaciones de gallegos y españoles en el extranjero una amplia corriente de rechazo que pretenden hacer patente con una serie de movilizaciones y actos de protesta. La primera concentración ya se llevó a cabo este fin de semana en Montevideo, donde un grupo de emigrantes depositó una carta en la embajada con destino al presidente del Gobierno, mostrándole su oposición a la exclusión de los emigrantes de las elecciones municipales.

Al margen de la espontaneidad de dicho acto, las entidades gallegas en Suiza y la Federación de Asociaciones Gallegas de Argentina (dos de las de mayor peso entre toda la diáspora galaica) preparan dos concentraciones, que pretenden que sean masivas, para el día 15, fecha en la que las colonias de otros países están estudiando hacer público también su rechazo a la limitación electoral pactada en el Congreso. Las protestas se realizarán ante las embajadas españolas y serán precedidas de envío de cartas a Zapatero, el presidente de la Xunta, diputados, Defensor del Pueblo y otros cargos políticos, además de campañas informativas en medios de sus países de residencia «para dar cuenta de este atropello y recorte de derechos», señala José Raimundo Insua, secretario del Consejo de Residentes Españoles en Berna-Basilea.

Según mantiene, «los gallegos somos siempre la avanzadilla de todas las reclamaciones de los españoles en el exterior», por lo que considera vital que las casas y los hogares de Galicia en todo el mundo se organicen contra la reforma electoral.

Recurso al Constitucional

«En cuanto se apruebe la reforma acudiremos al Constitucional», advierte Francisco Lores, presidente de la entidad que reúne a las asociaciones gallegas en Buenos Aires. Según mantiene, los gallegos en Argentina están persuadidos de que el cambio electoral obedece a una estrategia de los grandes partidos para recortar gastos en sus viajes electorales al exterior, «pero con la ruptura de ese vínculo después vendrá el olvido y la reducción de las ayudas sociales», augura Lores. Para el veterano representante de la emigración gallega, solo los grandes partidos son culpables de los casos de corrupción e irregularidades detectadas en la emisión y recuento del voto exterior. «Como ya no tienen dinero por la crisis, ya no pueden comprar votos», añade sin reparo alguno.

Insua señala que en términos parecidos se expresaron este fin de semana las asociaciones gallegas de Suiza, que, según asegura, quieren que se reconozca el criterio de vecindad para una ciudadanía que en muchos casos paga impuestos municipales por las casas que mantienen en sus pueblos de origen. Dichas asociaciones mostraron además su rechazo a la adopción del voto rogado, «porque lo imponen no como una solución, sino como una dificultad para que dejemos de votar».