E. BUSTOS

TOLEDO. Delegados y agentes diocesanos de migraciones se encuentran reunidos en Toledo hasta mañana en las trigésimas jornadas organizadas por la Comisión Episcopal de Migraciones, con el objetivo de fomentar la formación, el intercambio de experiencias, el análisis y las perspectivas futuras del trabajo pastoral de los inmigrantes.

Según apuntó el obispo de Sigüenza-Guadalajara y presidente de la Comisión de Migraciones del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa, don José Sánchez, «estas jornadas responden a la necesidad de la situación de migración en España donde en los últimos diez años se ha pasado a tener aproximadamente cinco millones de inmigrantes, hecho ante el cual, la Iglesia debe dar una respuesta».

Este año las jornadas se basaran por un lado en la integración de los hijos de inmigrantes y por otro en la relación entre lo interreligioso y la integración. Además estas ponencias se verán acompañadas de una ponencia-marco y por las experiencias que se han producido en las distintas diócesis de España.

Finalmente las jornadas concluirán con un proyecto de futuro mediante una investigación de primer orden y de carácter universitaria para saber lo que se ha hecho hasta ahora y desde ahí comenzar a diseñar las estrategias pastorales en los próximos años.

Planteamiento de la Iglesia Ante la situación actual, monseñor Sánchez, señaló que los «inmigrantes han venido para quedarse, y por ello hay que plantearse cómo acogerlos, qué hacer para que tengan un techo». A lo que aseguró que «tanto en España como en Europa necesitan de esa inmigración aunque haya crisis. Hay que ir buscando fórmulas de integración».

A estas palabras, José Sánchez, añadió que «nadie puede desentenderse de un fenómeno tan trascendente y que es uno de los signos de los tiempos modernos. El gran reto es saber con qué estructura y recursos materiales y humanos dar respuesta»

Asimismo, el Secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones, José Luis Pinilla,indicó que «la Iglesia considera al inmigrante no como una amenaza o una invasión, sino como un reto y un enriquecimiento» a lo que añadió que «la inmigración es uno de los mayores desafios de la familia humana».

Por ello, aseguró que para este fin se han ido preparando tanto a sacerdotes como a personas consagradas o laicos para asumir tareas de servicio hacia estas personas bien sea en el campo pastoral, social o en el cultural».

Por último, el miembro del secretariado de la Pastoral de Migraciones, Omar Djalo, afirmó que la presencia de los inmigrantes «no se nota mucho» porque se está dando una respuesta desde el punto de vista social para que haya armonía en la convivencia.