París, 12 oct (EFE).-
El comisario europeo de Derechos Humanos, Thomas Hammarberg, denunció hoy las presiones sobre las compañías aéreas para que ejerzan un control de sus pasajeros e impidan la entrada en los países europeos de los inmigrantes irregulares, una misión que puede vulnerar derechos, sobre todo de los refugiados.
"La lucha contra la inmigración irregular no debe llevarse a cabo en detrimento de los que tienen razones de buscar protección", señaló el gabinete de Hammarberg en un comunicado.
Consideró "indispensable que Europa revise enteramente sus mecanismos de control de las migraciones" porque "la responsabilidad de determinar si tal o cual inmigrante debería tener o no la posibilidad de entrar en un territorio no debe pesar en las espaldas de una compañía de transporte público o privado que no tiene ni la vocación, ni los medios para hacerlo".
El comisario europeo constató que muchos Estados europeos han endurecido "considerablemente" su normativa para tratar de reducir los flujos de inmigrantes, y así han derivado una parte de la responsabilidad en las aerolíneas, amenazadas de sanciones en caso de no cumplir con ese tipo de obligaciones.
La consecuencia, a su juicio, es que "en caso de duda, las compañías prefieren negar el acceso a bordo de un avión a un refugiado potencial antes que arriesgarse a tener que pagar una multa y asumir los gastos de alojamiento del interesado, así como su viaje de vuelta".
Esas prácticas pueden desvirtuar las garantías del derecho internacional sobre los derechos humanos y los refugiados, "que prohíbe a los Estados reenviar a una persona a un lugar en el que podría ser víctima de tortura, o en el que su vida o su libertad estarían efectivamente amenazadas".
El de hoy no es el primer pronunciamiento de Hammarberg en los últimos tiempos sobre la inmigración, ya que en las últimas semanas ha denunciado prácticas xenófobas en diferentes países europeos, en particular contra colectivos como los musulmanes o los gitanos.