El sociólogo y filósofo francés Sami Naïr pidió ayer que se «despolitice» la inmigración y consideró que «el uso perverso de la exclusión y el racismo en las batallas políticas debe ser considerado como un delito», informa Efe. Naïr hizo estas manifestaciones durante la presentación en Madrid de su libro «La Europa mestiza. Inmigración, ciudadanía, codesarrollo» (Galaxia Gutenberg. Círculo de Lectores), una reflexión de los múltiples retos que la inmigración supone para una Europa que afronta uno de los momentos más decisivos.

Según el catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad de París VIII, «la universalidad moderna es el humanismo mestizo, la abertura a la comunidad de género». «Ese es el gran reto que supone para las naciones europeas la acogida de las nuevas poblaciones», afirmó.

Para el que fuera asesor del ministro del Interior francés en integración de los inmigrantes (1997-1998), este asunto «no es cuestión de derechas o de izquierdas» sino que «tiene que ver con toda la sociedad» al ser un tema humano. A su juicio, los partidos tratan de «politizar» la inmigración cuando lo que hay que hacer es poner el acento en que «el uso perverso de la exclusión y el racismo en las batallas políticas debe ser considerado no una opinión, sino un delito».

Para Sami Naïr la inmigración se ha vuelto un asunto importante porque la «sociedad europea necesita» de ella. «Los inmigrantes no han venido a Europa a robar, sino porque había ofertas de trabajo», puntualizó. El libro «La Europa mestiza» trabaja sobre la premisa de que, tal y como dijo Naïr, «hay un problema de inmigración porque hay un problema de integración». Consideró que se trata de una materia que tiene relación con el conjunto de la sociedad, con la cohesión social en definitiva.

«El debate planteado en términos de identidad es peligroso porque siempre gana el más extremista», añadió. Por ello, abogó por «separar la inmigración de cuestiones de identidades» y encaminarse hacia «derechos y deberes iguales». «Se necesita más cohesión, que radica en compartir valores comunes», dijo el sociólogo, que elaboró el concepto de codesarrollo aplicado a la gestión de los flujos migratorios.

Opinó que las sociedades «siempre han sido mestizas» y matizó que la mezcla étnica «ha funcionado de manera permanente», mientras que la cultural o multiculturalismo no se ha dado en países como Francia o Alemania, aunque sí en otros como Reino Unido o Canadá.

Tras recordar que Estados Unidos ha elegido a su primer presidente negro y que Eslovenia tiene también a su primer alcalde negro en la ciudad adriática de Pirán, apuntó que el proceso se desarrolla «poco a poco», también en Europa, y que esa debe ser la base para la construcción de unos derechos iguales.

«Ahora, a partir del mestizaje, hay que elaborar juntos valores comunes» bajo las premisas de «igualdad de géneros, separación de lo espiritual de lo temporal y libertad de expresión para todos».