(04/11/2010)
I. A. C. / AGENCIAS MÁLAGA
Ser mujer, inmigrante y trabajadora del hogar es sinónimo de una triple discriminación a la que se enfrentan la mayor parte de las féminas que deciden venir a España en busca de empleo. Medio millón de mujeres trabajan en situación irregular en el servicio doméstico. La mayoría son extranjeras, según un informe de Intermón Oxfam presentado ayer. Son invisibles para el sistema, cuando desempeñan una labor fundamental en la sociedad, que permite la conciliación del trabajo y la vida familiar en España.
Los datos de Intermón revelan que en España unas 859.000 familias disponen de algún empleado en el hogar, aunque sólo están dadas de alta en el régimen especial de la Seguridad Social para este sector unas 295.000 personas, en su mayoría (el 93%) mujeres, y el 61% de ellas son inmigrantes. Según la ONG, el 65% de esos empleos pertenece a la economía sumergida.
Lo que puede resultar más llamativo es que buena parte del salario que perciben es esencial y vital en las economías de sus países de origen, ya que las remesas de dinero que envían duplican por dos y en algunos casos hasta por tres la ayuda oficial al desarrollo que destinan los países desarrollados.
El informe de Intermón Oxfam revela que las mujeres no sólo son la mayoría de las inmigrantes, sino que son quienes envían mayores y más constantes volúmenes de dinero a sus familiares, lo que implica que el impacto de las remesas de las féminas en la economía de los países de origen es mayor que el de los hombres. La ONG destaca que las mujeres no sólo realizan el 60% de las transferencias, sino que además, destinan aproximadamente el 40% de su salario, mientras que los varones sólo envían cifras cercanas al 14% de su sueldo.
Sin derechos
El informe de Intermón, que se centra en los cuatro países andinos (Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia), incide en que los derechos de las mujeres inmigrantes empleadas en el hogar son vulnerados «de forma sistemática por sus empleadores y por las instituciones, y en que su poder de negociación ante estos está anulado porque en su mayoría son irregulares y temen la expulsión del país», denunció Mónica Corona, coordinadora del programa Abriendo Mundos, que ha puesto en marcha esta ONG.
«Este régimen inmoral e insensato no solo es un pasaporte a la explotación de miles de mujeres, sino el mejor modo de echar por el sumidero los importantes beneficios que aportan a las familias españolas y a sus propios países de origen», afirmó por su parte Gonzalo Fanjul, portavoz de Intermón Oxfam, quien insistió en que en la última década se ha producido un fenómeno de feminización de la inmigración en España.
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