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Nueva economía, nuevos inmigrantes

(05/01/2011)

Nueva economía, nuevos inmigrantes

 

Nigeria y Rumanía protagonizan los mayores incrementos de extranjeros en Galicia

 
 
 
 
 

Galicia es una de las pocas comunidades que en plena crisis sigue resultando atractiva para los trabajadores extranjeros. Es cierto que llegan muchos menos y, además, de países que hasta ahora no estaban entre los principales emisores de nueva mano de obra. Frente a las caídas en picado que experimentan los colectivos tradicionalmente más numerosos –especialmente, países latinoamericanos como Argentina, Venezuela o Colombia– cada vez llegan más ciudadanos de Nigeria, Rumanía, Senegal, Bulgaria o Argelia. Son los inmigrantes de la recesión.

 
 

JULIO PÉREZ - VIGO Casi a cuentagotas, sobre todo si miramos la evolución que los flujos de mano de obra foránea experimentó hacia otras regiones españolas, el panorama demográfico de Galicia ha ido cambiando su fisionomía. Basta con mirar el día a día de sectores como el comercio, la hostelería o la construcción, tres de los motores de la comunidad convertidos hoy en un crisol de acentos. Cuando se cerró 2003, los últimos datos que constan en el Observatorio Permanente de la Inmigración del Ministerio de Trabajo, aquí residían algo más de 37.500 extranjeros. El número casi se multiplicó por tres, hasta los 92.626 permisos de residencia a finales de septiembre de 2010, el 5% del total de extranjeros que viven en España. Del ritmo de integración se encargó la bonanza económica y, pese a la crisis, que en el conjunto del Estado provocó un descenso de casi el 7% entre los no comunitarios, Galicia sigue siendo un polo de atracción. Aunque con muchas diferencias entre los que llegan.
Al margen de los portugueses que, evidentemente por la cercanía, siguen siendo con mucho el principal colectivo de extranjeros en la comunidad –unos 18.600 tras el incremento de un 5,4% hasta septiembre del pasado año, impulsado, sin duda, por las todavía más complicaciones que vive su economía–, los mayores incrementos en la entrada de población foránea no están entre países tradicionalmente emisores para Galicia. Ni Argentina, ni Venezuela, ni Colombia. Ni, en general y salvo algunas excepciones, de Latinoamérica. Pero tampoco entre los países europeos que mantienen un flujo constante. Hay cuatro colectivos que disparan su volumen alrededor del 15% e, incluso, lo superan, en solo nueve meses.
A la cabeza están los nigerianos, con un 20% más de residentes. Son ya 410, según el Observatorio de la Inmigración. El alza en un poco menor en el caso de los originarios de Rumanía, pero es que la proporción no tiene nada que ver. Con un aumento superior al 18%, son ya el segundo colectivo extranjero comunitario más elevado, hasta los 7.266. El fenómeno, al igual que el aumento de un 15% de los búlgaros –casi 1.000– está directamente relacionado con el fin del veto a la libre circulación en España de los trabajadores procedentes de ambos estados.
Senegal es la cuarta nación más emisora para Galicia. Un 17% más de residentes que un año antes. Son 1.362 actualmente. En el grupo se cuela Perú, tras un aumento del 17,9%, con 4.700 tarjetas de residencia.
Es de los pocos países de habla latina que se escapan a las caídas. Y eso que en su caso juega a favor estadísticamente hablando que prácticamente la mitad de los inmigrantes que se vienen a Galicia lo hacen por el régimen comunitario, como si fueran un país de la UE, porque cuentan en la comunidad con algún pariente que tiene la nacionalidad española. En esa misma línea están las evoluciones registradas entre los bolivianos (11%), uruguayos (9,7%) y brasileños (4,7%). Excepciones ante un descenso sin precedentes en los residentes procedentes del otro lado del Atlántico.
Para ejemplo, lo ocurrido con los originarios de Argentina. Son hoy un 10% menos que hace un año. El recorte entre el colectivo venezolano roza el 6%, el 4% entre los colombianos, un 3% los ecuatorianos y por debajo del 1,5% los extranjeros que llegaron desde Chile y Cuba. La caída entre los procedentes de Estados Unidos alcanza el 5%.
Hay una nueva economía en ciernes, con menos oportunidades laborales y muchísimo menos rica también. Sin milagros. Y con ella llega un profundo cambio en los movimientos de los trabajadores. Indonesia o Ghana aguantan el envite por la aportación de mano de obra a la pesca. Italia, Francia y Reino Unido porque siempre han estado ahí. Por el medio, nuevos prestamistas de residentes. Un 7% más de ciudadanos polacos o casi un 11% de argelinos. Entre los marroquíes el aumento es del 4%, hasta los 6.600. Inmutable, como siempre, China, que suma y suma. Alcanzan los 2.200 después de crecer otro 8,5%.

 

 

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