ÁNGELA FERNÁNDEZ - A CORUÑA El número de órdenes de expulsión de inmigrantes en Galicia dictadas por el Ministerio de Interior cayó en los últimos tres años un 32%, y de los 1.191 procedimientos abiertos en 2008 se pasó a 802 el año pasado. El menor número de extranjeros que viajan España debido a la crisis económica y un mayor control de las vías de entrada al país explican el descenso en las órdenes de expulsión
Pese a esta reducción, el Gobierno central logró incrementar, en el mismo periodo, el porcentaje de resoluciones ejecutadas: si fueron 283 los sin papeles devueltos a su país de origen hace tres años, en 2010 fueron 334. Los datos son aún más positivos en cuanto a cumplimiento de las órdenes si se comparan anualmente los trámites iniciados y finalizados. El 23% de 2008 se convirtió en un 41% el pasado ejercicio, aunque las cifras demuestran que Interior todavía está lejos de poder dar respuesta a todas las ilegalidades que detecta en materia de inmigración.
Por provincias, A Coruña y Pontevedra acaparan, durante todo el periodo, el mayor número de órdenes de expulsión, como también registran el mayor número de inmigrantes –en situación regular o irregular– que llegan cada año. La mayor actividad económica y, como consecuencia, que haya más oportunidades laborales, sigue atrayendo a los extranjeros hacia el litoral. Pero, en cuanto a la evolución desde 2008 son A Coruña y Ourense las que se comportan de manera similar, al caer las órdenes dictadas a la mitad en el primer caso y un 36% en el segundo. Al mismo tiempo, también sube la ejecución de las resoluciones en un 54% en ambas provincias. Por el contrario, Pontevedra solo experimenta una caída del 11% en tres años en cuanto a la detección de inmigrantes indocumentados y sólo sube un 14% las expulsiones, y en Lugo el primer dato baja sólo un 11% y la formalización aumenta algo más, hasta el 33%.
Desde el sindicato Comisiones Obreras, la responsable del departamento de Inmigración en A Coruña, María José Otero, cree que la interpretación de los datos es fácil:"Cada vez hay menos irregulares porque cada vez hay menos extranjeros en general". La situación económica se transmite hacia el exterior, tanto por los medios de comunicación como por el boca a boca, y los extranjeros no viajan a España como lo hacían antes.
En cuanto al aumento en la ejecución de órdenes de expulsión, la responsable de Inmigración opina que podría responder a la nueva política de centros de internamiento, aunque en Galicia no existen e Interior remite a los interceptados en la comunidad al ubicado en Madrid. Cuando un extranjero sin papeles es enviado a una de estas instalaciones, solo puede permanecer 40 días. Hace poco que Interior coordina la nacionalidad de los internos y los agrupa para enviarlos a casa. Así, apunta Otero, llenan un avión y también ahorran costes con los agentes de policía que viajan con ellos. La que se podría denominar vía rápida de expulsión se reserva para aquellas personas con antecedentes, sobre todo por violencia de género o delitos penales. En este caso, la deportación es casi inmediata y en algunos casos conlleva la suspensión de la condena.
Otra de las razones de la caída en el número de órdenes de expulsión está en el mayor control de las vías de entrada al país. La portavoz de CCOO asegura que existe más inspección tanto en los consulados como en las fronteras y, así como hace algunos años Madrid era "casi un coladero, ahora es "más complicado". Es probable que también haya aumentado, según dice, el número de devoluciones, es decir, las personas que se expulsan nada más llegar a España, sobre todo en los aeropuertos.
Aunque reconoce que la vigilancia ha incrementado en la entrada, el responsable de Migración de la CIG, Xurxo Martínez, alerta de que los brasileños, el mayor grupo de inmigrantes que llegan a Galicia, lo hacen a través de Portugal, sin ningún tipo de control. No se muestra completamente de acuerdo el representante sindical con ligar los datos del Gobierno central a ningún fenómeno experimentado en los últimos años porque cree que no hay conexión entre ambos. "La policía presenta el número de órdenes de expulsión como muestra de eficacia", critica, y recuerda que la Unión Europea ya llamó la atención a España por no poner multas.
Y es que la tramitación de la deportación se utiliza casi en exclusiva contra los inmigrantes indocumentados, aunque la ley contempla también la posibilidad de sanciones. Tampoco tiene sentido, defiende Martínez, que se mantenga casi un millar de órdenes de expulsión al año si se sabe que no se van a poder cumplir.