El desplome de la inmigración acelera el declive demográfico

Los peores augurios sobre el declive poblacional de Galicia ya tienen respaldo en las cifras oficiales. Tal y como presagiaban los demógrafos, Galicia ha registrado la primera pérdida neta de población después de años de un leve crecimiento ininterrumpido que se sustentaba en un pilar que ha dinamitado la crisis: la llegada de extranjeros. Por vez primera desde el 2004, la comunidad ha visto adelgazar su censo el último año en 3.137 habitantes, según los primeros datos del avance del padrón municipal del 2011, hecho público ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Con la excepción del leve retroceso experimentado hace siete años, Galicia había venido ganando población desde 1998, tal y como consta en la serie histórica del organismo estatal.

El descenso relativo experimentado del 0,1%, a 1 de enero del 2011, es idéntico al registrado en Aragón, Extremadura y Castilla y León, y ligeramente inferior al de Asturias, con una caída del 0,3%. Son las cuatro comunidades que pierden población. Y Galicia se coloca como la segunda con una mayor caída interanual en términos absolutos. El descenso de 3.137 habitantes solo lo supera Castilla y León, cuyo censo ha retrocedido en 3.773.

El avance de datos del INE no solo confirma las predicciones de los demógrafos, sino que obliga a poner el reloj a cero para iniciar la cuenta del drama poblacional gallego. Se inicia una senda de declive de la que se tardarán décadas en salir y que colocará a la población gallega dentro de diez años a niveles de 1960, según las proyecciones del INE. Eso, en un escenario optimista. El instituto estadístico gallego, el IGE, va más allá y prevé un padrón que, a mediados del siglo XXI, en el 2050, contará con un millón de habitantes menos. Unas predicciones sustentadas en una foto fija en el 2011 que muestra una Galicia con el rostro cada vez más arrugado. La población mayor de 65 años, 629.444 habitantes, casi duplica a la que se sitúa por debajo de los 15 años.

El inicio de una senda de declive poblacional, confirmada ayer por el INE, viene determinada por la escasa capacidad de la economía gallega para atraer inmigrantes en un contexto de recesión. El último año apenas llegaron 324, un crecimiento del 0,3%, cifras que contrastan con las del 2008 y 2009, cuando la comunidad fue capaz de atraer 14.000 y 11.000, respectivamente.

La pérdida de capacidad para atraer extranjeros aboca a Galicia a quedar desprovista de una de las bazas que contaba para maquillar el maltrecho índice de natalidad. Y la enorme bolsa de desempleo tampoco hace presagiar una mejora en este aspecto. Al contrario, empuja a generaciones mejor formadas a buscar un futuro lejos. Conscientes de la dimensión de la crisis, los tres grupos parlamentarios han puesto en marcha una comisión que se encargará de consensuar medidas para la revitalización demográfica.