- Francia e Italia pretenden la restricción del espacio Schengen.
- Sarkozy estima necesario revisar "las cláusulas de salvaguarda" que permiten cerrar las fronteras de la Unión.
- La ministra española de Exteriores considera la idea “una marcha atrás en logros y conquistas” europeos.
España no apoyará las limitaciones al Tratado de Schengen [1] propuestas, verbalmente, por Francia e Italia este martes en Roma.
La ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, se mostró contraria a modificar Schengen "en función de elementos de carácter coyuntural o temporal", como la llegada masiva de inmigrantes desde Túnez a Italia, informa publico.es. [2]
Tras la propuesta informal de Roma y París [3], Jiménez insistió en que los europeos disponen de mecanismos para ordenar los flujos migratorios y que España no es partidaria de "dar marcha atrás a todas aquellas conquistas y avances conseguidos", informa Miguel González.
Más contundente fue el secretario de Estado de Exteriores, Juan Antonio Yáñez, quien calificó de "catástrofe" el retorno a actitudes "egoístas y nacionalistas" ante la inmigración, según publica elpais.com. [4]
Como estaba previsto en sus agendas, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, acordaron este martes en Roma impulsar una "reforma urgente" del acuerdo Schengen con el objetivo de limitar la libre circulación de inmigrantes entre los Estados europeos en situaciones excepcionales, como la registrada recientemente tras el éxodo de norteafricanos generado a raíz de las revoluciones árabes.
CIERRE DE FRONTERAS
La estrategia para no levantar ampollas en la democrática Europa es modificar el histórico acuerdo pero sólo en sus partes referentes a los movimientos migratorios masivos.
"Queremos que Schengen siga vivo, pero debe ser reformado", explicó Sarkozy en un intento por edulcorar una propuesta que acabaría con el tratado que en 1985 inauguró una Unión Europea libre de fronteras.
"Queremos reforzar los controles de Frontex y más medios para que las fronteras de Schengen queden garantizadas" aseveró el presidente galo.
Berlusconi respaldó la propuesta gala para que “cuando se presenten circunstancias excepcionales sea ser modificado". Sarkozy mencionó la necesidad de revisar "las cláusulas de salvaguarda" que permiten cerrar las fronteras.