La Comisión Europea tiene previsto lanzar hoy una propuesta de reforma del Tratado de Schengen que hará más fácil el cierre de las fronteras interiores dentro de la UE. El presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, ha reconocido que bajo la presión de la inmigración que se espera del norte de África, la vuelta temporal a los controles fronterizos sería «una posibilidad» .
La propuesta de la Comisión recoge la eventualidad de que en caso de que un país no fuera capaz de gestionar los flujos de entrada de sin papeles, la Comisión autorizaría a sus vecinos europeos a cerrar sus fronteras para contener la supuesta avalancha de inmigrantes. Hasta ahora, el tratado de Schengen autoriza a los países a introducir controles fronterizos solo de forma limitada y en casos en los que esté en peligro el orden público o la seguridad interior.
La propuesta coincide con las presiones de la presidencia húngara para poner fin al periodo transitorio que se impuso a los dos nuevos estados miembros, Bulgaria y Rumanía. La Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo determinó que los dos (ambos con fronteras con países terceros) están preparados para entrar en Schengen, a pesar de las reticencias de Francia y Alemania sobre su capacidad de gestionar seriamente el papel de «puerta de entrada» en la UE.
Aunque la propuesta de la Comisión se ha hecho como respuesta a la crisis entre Francia e Italia a causa de los 25.000 tunecinos llegados ilegalmente a Lampedusa, muchos observadores creen que la reforma diseñada por Barroso se dirige sobre todo al caso de Bulgaria y Rumanía, cuya situación es cada vez más insostenible.
