ALEXANDRA MOLEDO | A CORUÑA La proporción de inmigrantes en la provincia de A Coruña es muy variable según el concello del que se trate. En Arteixo, de los 30.250 censados, 1.875 (un 6,2%), son extranjeros. En esta Torre de Babel coruñesa conviven 56 nacionalidades distintas procedentes de países tan dispares como Croacia, Pakistán o Polonia pero solo siete superan el centenar de personas. La comunidad marroquí es la más numerosa con 418 censados, seguida de Portugal (217) o Brasil (161).

La otra cara de la moneda es Toques, un pequeño ayuntamiento de 1.387 vecinos, en el que solo cinco habitantes son de origen extranjero. Debido a estas diferencias, las políticas municipales para la inmigración también varían, tanto que en Toques ni siquiera cuentan con programas específicos destinados a este colectivo. Algo que no se pueden permitir en Arteixo.

Los proyectos llevados a cabo desde los servicios sociales del ayuntamiento arteixano tienen como fin hacer partícipes de la vida social a la población extranjera. El departamento incluso cuenta con una mediadora intercultural que se encarga de evitar que surjan conflictos entre todos los colectivos que conviven en el concello. Además de los programas de acogida para los recién llegados, al ayuntamiento colabora desde el año 2002 con la ONG coruñesa Ecos do Sur en la organización de las jornadas anuales de interculturalidad con las que se pretende "sensibilizar sobre temas que afectan a la inmigración", como explica el responsable de programas de la ONG, David Wiersma. Los talleres de árabe y español con los que se busca favorecer "la integración entre la población magrebí y la local" son otras de las actividades de la organización en Arteixo.

Tras el cambio del bastón de mando de la socialista Pilar Souto al popular Carlos Calvelo en las elecciones del 22-M, Ecos do Sur espera que la nueva corporación local siga adelante con los proyectos relacionados con la inmigración. De hecho, la integración de los extranjeros irrumpió con fuerza en la pasada campaña electoral, desatando un intenso cruce de acusaciones entre los partidos que se disputaban la Alcaldía.

En Toques, por el contrario, solo hay cinco inmigrantes, que según la trabajadora social Lupe Vázquez escogieron este municipio por motivos personales, como es el caso de dos chicas brasileñas que tienen a su pareja en la zona. Vázquez explica que Toques, al tratarse de un pequeño concello rural del interior "sin medios de transporte público" y donde "no hay trabajo, salvo en el sector agrario", no es un lugar atractivo para los extranjeros. Además, resulta "casi imposible" alquilar una vivienda en el municipio, dos circunstancias por las que la trabajadora social justifica que su departamento no tenga proyectos específicos para los inmigrantes, sino que se centra en la tercera edad, que supone más de un tercio de la población.