El año 2010 pasará de momento a la historia reciente de Galicia como el que mayor abandono de residentes registró desde que la comunidad contabiliza y analiza oficialmente sus movimientos migratorios.

Dicho hito se alcanza además cuando el fenómeno de la emigración gallega no ha dejado de crecer durante la última década, incrementándose aún más con el agravamiento de la crisis hasta llegar en el 2010 a la cota más alta de los últimos veintiún años. Un total de 28.842 residentes dejaron el pasado año su domicilio para probar suerte más allá de las fronteras de Galicia, según hizo público ayer el Instituto Galego de Estatística. El 68 % de ellos, 19.672 en total, pusieron rumbo a otra comunidad autónoma española, mientras que 9.170 buscaron un nuevo horizonte vital en el extranjero.

Con los datos ahora conocidos, el número de gallegos y residentes en la comunidad que la abandonaron para trasladar su domicilio fuera asciende a 364.216 personas en las últimas dos décadas, aunque el 71 % lo hizo ya en el nuevo milenio.

Pese a la abultada cifra que genera la emigración gallega, esta queda matizada por el hecho de que la inmigración externa -la suma de la procedente de otras comunidades y del extranjero- es aún superior. Desde 1990 hasta el pasado año llegaron a Galicia 180.642 personas más de las que se fueron. Pero dicho saldo positivo no ha hecho más que decrecer desde que la crisis comenzó a dejarse sentir.

A partir del 2008 la inmigración externa dejó de crecer en Galicia y en cambio los abandonos de la comunidad volvieron a repuntar. La llegada de nuevos residentes fue de hecho en el 2010 la más baja de los últimos siete años, mientras que la emigración se disparó a niveles antes desconocidos. El saldo migratorio que arrojó el ejercicio pasado -solo llegaron 6.647 personas más de las que se fueron- se sitúa a la altura de cuando Galicia apenas atraía inmigrantes, a la altura de finales de los noventa, lo que da cuenta del cambio de tendencia que en las migraciones está causando la recesión económica.

Inmigración

De los 35.489 nuevos residentes que la comunidad sumó en el 2010, el 60,8 % llegaron del resto España, mientras que en las dos últimas décadas la media había sido del 53,8 %. Mientras que la inmigración llegada de otras comunidades dibuja un diente de sierra en los últimos años, la procedente del extranjero se desploma desde el 2007, evidenciando que Galicia sigue sin ser un destino atractivo para los que desde otros países buscan nuevas oportunidades laborales. En el 2010 llegaron 13.878 extranjeros, un 47 % por debajo de lo que había ocurrido hace tan solo cuatro años antes.

La procedencia más repetida de la inmigración extranjera el año pasado fue Portugal (975 personas), Rumanía (838) y Brasil (833), mientras que Madrid (3.693), Cataluña (3.194) y Canarias (3.108) fueron los focos internos más frecuentes.

La emigración al resto de España y al extranjero no dejó de crecer en diez años

Por cada retornado del extranjero vuelven dos desde otras comunidades

El fenómeno migratorio más intenso en Galicia es el que se registra dentro de la propia comunidad. En el 2010 fueron 66.546 los gallegos que trasladaron su hogar de municipio, la cifra más alta también de las últimas dos décadas. Pero como la crisis genera caminos de ida y vuelta, 12.817 de ellos migraron de nuevo para regresar al ayuntamiento del que un día se habían ido para probar suerte, aunque sin abandonar la misma comunidad.