Madrid y Suiza son los principales focos de la nueva emigración gallega

La emigración es de nuevo una realidad vital en Galicia y una salida para muchos de los que no encuentran en la comunidad cómo ganarse la vida. Pero la emigración actual tiene características propias en cuanto a los destinos más frecuentados por los gallegos. Sudamérica aglutinó a la diáspora en la primera mitad del siglo pasado, Centroeuropa tomó el relevo después, y Canarias acompañó a la emigración gallega atraída por el bum del ladrillo y el turismo en las últimas décadas. Ahora son Madrid, Suiza e Inglaterra los focos de atracción de los nuevos emigrantes gallegos, una realidad que afectó el año pasado a 28.842 residentes en la comunidad y a nada menos que 364.216 entre 1990 y el 2010.

Con el lento declive de la construcción en las islas, y más aún con la llegada de la crisis, Madrid se ha conformado como punto de emigración prioritario para los gallegos, con 4.259 que se establecieron allí el pasado año y 35.802 en toda la década, mientras que en los noventa habían sido 31.434 los que lo habían hecho en Canarias, lo que da cuenta del actual tirón de la capital de España como destino migratorio para los gallegos.

Y mientras eso ocurre en el escenario estatal, Suiza vuelve a convertirse en uno de los principales destinos exteriores, aunque de momento sin llegar a las cifras de los años del éxodo masivo, entre finales de los sesenta y principios de los ochenta. Si desde comienzos de este siglo el retorno se medía cada año en cuatro dígitos, desde el año pasado el saldo vuelve a ser favorable para los que allí se van. Los últimos datos del padrón de residentes reflejan 644 altas con respecto al 2010, y los números que ofrece el censo electoral, aunque inferiores, marcan la misma tendencia.

Palpable en la calle

No obstante, y más allá de estadísticas, el enorme calibre de la marcha, que comenzó a apuntarse tímidamente en el inicio de la crisis, se percibe en la calle en comarcas como la Costa da Morte, la que más emigrantes españoles envía a Suiza, unos 8.000, incluidos los municipios del entorno. «Antes a xente ía para Canarias, e agora, para Suíza», explica el alcalde de Muxía, Félix Porto. La diputada en Ginebra Loly Bolay, natural de Corme, ve casi a diario esas llegadas. «Llegan muchos gallegos, pero ahora ya no es lo mismo, ni son las misma circunstancias que antes. Ahora en Suiza también hay paro». No obstante, la construcción sigue siendo en ese país un sector que aún tiene mucha fuerza y genera empleo, el que buscan muchos de los nuevos gallegos emigrados.

Pero el éxodo no se limita en Galicia solo a los gallegos. Un total de 6.048 extranjeros residentes en la comunidad se fueron el pasado año a otros países, la mayoría al suyo de origen, y otros 3.946 eligieron otra comunidad autónoma para buscar mejor suerte. Ambas circunstancias no son nuevas: 23.253 extranjeros radicados en Galicia cambiaron de país desde el 2002 y 38.670 se trasladaron a otro punto de España desde 1992.