Desde Oviedo o Valencia

El resto del año viven en otros puntos de la península, como Oviedo, Gijón, Valencia o Alicante, pero en verano recorren muchas fiestas de Galicia. Ribadeo, Foz, Rianxo, A Pobra do Caramiñal, Lalín o Muxía son algunas de ellas, como indicó Tala. «Este año no tener trabajo, mucha gente pero mucha crisis, poca compra», lamentó otro mantero. «El día que gano 20 euros es bueno porque como y ceno. Los días que gano por debajo de 15 son malos, porque no llega ni para comer», relató el senegalés Papamuru, de 28 años, a quien en España llaman Paco. Reveló que los manteros suelen ganar «limpios» una media de entre 20 y 30 euros al día. «Los bolsos cuestan 15, 20, 18 euros..., pero para nosotros queda una parte pequeña», contó.

«¡Sino, a dormir en la calle!»

El alojamiento quedó para última hora. «En los hostales y en las fondas no hay sitio, y el alcalde no nos deja poner la tienda de campaña aquí al lado, en el parque, así que... ¡si encontramos bien, y si no hay, a dormir en la calle!», añadió el marfileño, que resaltó que su mayor preocupación era otra. «Aquí el primer problema son los papeles. Yo llevo más de cinco años en España y no me los dan porque no tengo trabajo y no tengo trabajo porque no tengo papeles», explicó, mientras varios compañeros asentían porque, según contaron después, están en la misma situación.

La comida es otro inconveniente, ya que las mujeres africanas que otros años montaban improvisados «restaurantes» no han encontrado locales. «Somos musulmanes, no podemos comer cerdo», comentó el mantero marfileño mientras daba cuenta de un bocadillo de ternera y bebía un café de Touba, típico de Senegal, en un puesto ambulante que otro vendedor improvisó a media mañana en la esquina entre Xeneral Tella y Pascual Veiga, junto al parque Rosalía. «Un bocadillo en la mañana, otro en la noche, otro en la tarde... ¡Esto solo no nos vale! ¡Quiero arroz, quiero carne de vaca...!», finalizó.

Muchos llevan años sin ver a los hijos que quedaron en sus países