La crisis ha reavivado la psicosis migratoria. El paro obliga a los gallegos a huir maleta en mano y a buscarse la suerte que su tierra no le depara. Y no hay mejor destino que Suiza, cuyas ubres amamantaron a miles de familias, pagaron viviendas, buena parte del feísmo galaico y muchas carreras universitarias. Es difícil darse un paseo por Lausana, Berna, Ginebra o Zúrich y no respirar galleguidad en el rincón más insospechado. Entrar en la cafetería del centro de emigrantes de Delémont es como ir a un bar de Camariñas: las conversaciones giran en torno al Dépor, el Carmen o el valor del cupo de una herencia. Los empresarios helvéticos están felices con la marea migratoria: pueden pagar salarios bajos. Pero la sociedad presiona a los políticos porque se harta de viajar de pie en tren en las horas punta y creen que los extranjeros ponen en peligro su estado social. De ahí el dique de la cláusula de salvaguarda para cortar las entradas de trabajadores. Y el Gobierno español completa el escenario con el cierre de la agencia consular de Basilea, un ladrillo más en el muro de las dificultades para 10.000 paisanos que se casan, se divorcian, tienen hijos en colegios o mueren y necesitan arreglar sus papeles, mientras en otros países se mantienen embajadas con gastos propios de mansiones de sultanes.
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Movilizaciones en Basilea contra el cierre de la agencia consular
(12/06/2013)
Movilizaciones en Basilea contra el cierre de la agencia consular
Exteriores dice que estudia su suspensión por razones de austeridad
Los miles de emigrantes españoles en Basilea (Suiza), la mayor parte de ellos gallegos, incrementan sus movilizaciones para evitar el cierre de la agencia consular. Además de una pequeña concentración prevista para el próximo día 17, y otra de más relieve el 22, están acudiendo a cuantas instancias les es posible para mostrar su rechazo a la medida, de manera conjunta y organizada, a través de una plataforma.
De momento, han enviado cartas al rey, al presidente del Gobierno; a los ministerios de Exteriores, Educación y Trabajo (los que prestan servicios a los residentes a través de la agencia), y también al embajador, cónsul y los consejeros generales de la Embajada en Suiza, los gobiernos de los cantones involucrados (cuatro en general, uno más para temas educativos), y asimismo a las autoridades educativas.
A todos ellos les comunican la situación actual y los problemas que les generaría la pérdida de la delegación del consulado, que complementa el general de Berna, la capital (los otros dos del país están en Ginebra y Zúrich). Su pérdida obligará a unas 10.000 personas a desplazarse hasta Berna para numerosas gestiones administrativas, además de otras ventajas educativas y laborales.
Además, han recogido de momento más de mil firmas contrarias a la supresión del servicio, una cantidad que representa prácticamente el 10 % de los residentes. Serán entregadas la próxima semana a un representante consular en Basilea, coincidiendo con la concentración de afectados. Por otro lado, la prensa de la región ya ha comenzado a hacerse eco de este problema y ayer varios periódicos dedicaban sus portadas a las movilizaciones.
Fuentes de la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores señalaron que se está «considerando la posible suspensión de funciones» de la agencia consular, que debe enmarcarse en el «actual contexto de austeridad presupuestaria», que incluye las acciones en el extranjero.
En este sentido, indicaron que ya se ha cerrado la agencia consular en Nimes (Francia), los consulados generales de Manchester (Reino Unido) y Hannover (Alemania) o la embajada de Yemen.
La diferencia con Basilea es que, al tratarse de una «suspensión», quedaría la puerta abierta para una reapertura en el futuro, en caso de que las disposiciones presupuestarias así lo permitan, según la oficina diplomática.
El abogado Daniel Ordás, uno de los miembros de la plataforma, conocido en España por su propuesta de democracia directa (ayer viajó a Madrid para hablar sobre este tema) señala que seguirán las movilizaciones para evitar el cierre.
Mansiones para sultanes
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