Y es que si ya se había puesto en contacto con él la empresa West House para sumarse a su búsqueda de empleados a la vista de la gran cantidad de solicitudes, finalmente acudió a la cita una tercera compañía: pe.Kom. Así, a las diez de la mañana comenzó un goteo incesante de jóvenes en busca de trabajo que no cesó hasta cerca de las siete de la tarde. Iban entrando en grupos de aproximadamente treinta personas, con la tensión del que no sabe muy bien a lo que se enfrenta.
Perfectamente vestidos
Los candidatos llegaban al hotel perfectamente ataviados, al más puro estilo ejecutivo. Candidatos como Ángeles Oñate, una joven de 25 años con un año y medio de experiencia laboral, licenciada en ADE, con un máster y con un alto nivel de inglés. Porque sin saber inglés, en este tipo de empresas no se consigue nada. De hecho, los currículos personales debían ser enviados en ese idioma y así se comunicaron con todos y cada uno de los candidatos durante el día de ayer. Ángeles mostró el correo de confirmación de la entrevista, en el que figuraba que su cita era a las 13.50 horas. Pero a las diez de la mañana ya estaba allí esperando. «Pone que estemos disponibles durante la mañana, así que me he venido ya», dijo. Lo mismo hicieron muchos otros, que ante la duda se presentaron con la máxima antelación.
Al final del día, la empresa alemana había seleccionado a una hornada de cerebros que se llevará de A Coruña. Y muchos otros tuvieron que resignarse a seguir esperando una nueva oportunidad laboral.