Inmigración y naufragio, ¿cuán grande tiene que ser el cementerio?

(07/10/2013)

Inmigración y naufragio, ¿cuán grande tiene que ser el cementerio?

Ni Berlusconi, ni Monti, ni Letta. Ninguna solución para Lampedusa, una cuarta parte de Formentera. En una embarcación de 20 metros de eslora y 4,5 de manga se hacinaron hasta 500 personas.

 Félix Solera Yáñez/ Actualizado 5 octubre 2013

¿Cuán grande tiene que ser el cementerio de mi isla? Así tituló la alcaldesa de Lampedusa la carta que el febrero pasado hizo llegar a las autoridades de la Unión Europea. Hasta hoy no ha recibido ninguna respuesta gubernamental, pero lo que no han dejado de llegar son los cuerpos inertes de personas que huyen, sueñan o simplemente quieren comer todos los días (ver en Hechos de Hoy, El naufragio de Lampedusa, el escándalo de desprecio que indigna a Francisco).

A veces, nos sorprende el número como en este último caso, otras las pantallas nos muestran los cuerpos sin vida de niños abrazados por sus madres, éstas con la mirada perdida aún no saben qué ha pasado y qué pasará. El mundo tiene sus fisuras y los que vemos por la tele estos dramas cada vez estamos más acostumbrados, nos lamentamos mientras leemos, pero la vorágine del día a día hace que pronto nos hayamos olvidado.

Personas que dejan lo que han conocido toda su vida, llevando los ahorros y esperanzas de su familia, para viajar hacia un lugar incierto, hacia un futuro incierto. Las mafias ya se encargan de mostrar las magnificencias de la vida en Europa por si alguien duda en el último minuto.

Esos mismos miembros de las mafias que hacen saltar a los pasajeros a varios cientos de metros de la costa aún siendo conscientes de que no saben nadar y están abocados a una muerte segura. El trabajo está hecho y el dinero en el bolsillo, el resto no importa.

Los más afortunados llegarán al viejo continente, la Europa añorada y entonces ¿Qué les espera entonces? La mayoría serán de nuevo reclutados por otras mafias con los mismos escrúpulos que las anteriores y los pondrá en la calle con el único fin de enriquecer a alguien.

Cuerpos desperdigados en la arena de la playa que el mar devuelve porque no le pertenecen, nadar para morir en la orilla, a sólo unas bocanadas de aire más. Morir viendo la costa con la que has soñado, tan cerca y tan lejos, la antítesis del que va a buscar una vida mejor y lo que encuentra por respuesta es la muerte.

Mientras, en la hoja siguiente del periódico se habla de las cifras astronómicas que varios delincuentes han robado a los contribuyentes gracias a sus puestos de influencia en los poderes del estado. El suficiente dinero como para dar de comer a estos muertos durante gran parte de su vida. El suficiente dinero como para curar las heridas de la desolación antes de que se produzcan.

Nos preocupamos por una buena educación, un buen trabajo, una buena sanidad pública, en definitiva una buena vida y no nos damos cuenta que para tener todo eso lo primero que necesitamos es la vida, la vida que se queda en el camino. Es curioso ver a los especialistas en animales que intentar educar a las personas para que sean conscientes del entorno en el que viven sus animales. No todos pueden vivir en nuestro lugar habitual de residencia porque están adaptados a otras latitudes diferentes. Pero nos da igual si un ser humano del corazón de África llega a una ciudad estrepitosa de Europa, fraguada de asfalto y hormigón, movida por el estruendo de la multitud que se agolpa en todas direcciones.

Este deambular por la tierra recuerda el típico reportaje de la 2 en los que millares de Ñus atraviesan el río Mara en busca de la hierba fresca. Llámenme frívolo, pero ser humanos y en teoría cada vez más racionales no ha evitado que dejemos de ser animales.

- Inmigración y naufragio. La alcaldesa de Lampedusa, Giusi Nicolini, explicó el drama. "Encendieron un fuego a bordo porque no tenían cobertura y los móviles no funcionaban. De este modo, han terminado todos en el agua y al parecer algunos pesqueros han pasado y han seguido su camino sin ayudarles", contó. Más de 100 muertos y 200 desaparecidos en el naufragio. Los equipos de emergencia habrían encontrado hasta un centenar de cuerpos, entre ellos numerosas mujeres y niños, en el interior del casco del barco.