Cabe señalar que el rito fúnebre de este colectivo contempla el lavado y purificación del fallecido para después envolverlo en un sudario, una especie de tela blanca sin costuras. Una vez realizado este ritual, se debe enterrar al finado directamente en la tierra, sin ataúd y orientado hacia la Meca.
Pero este no es el único colectivo que reclama espacio en el camposanto municipal. Los evangélicos de Arteixo ha solicitaron en reiteradas ocasiones la construcción de un cementerio civil donde puedan enterrar a sus difuntos, sin tener que solicitar permiso al arzobispado o al sacerdote encargado del cementerio antes de poder enterrar a sus fallecidos en él.
Por su parte, el Concello de Arteixo ya anunció que el municipio dispondrá de un cementerio civil, junto al nuevo camposanto, pero habrá que esperar hasta la aprobación del Plan General, que no será hasta el 2018: «En el documento de inicio ya habrá una reserva de suelo para este cementerio civil, que estará ubicado junto al actual y tendrá una extensión aproximada de entre cinco mil y diez metros cuadrados», indicó el gobierno local que recuerda que todos los cementerios que hay en el municipio son católicos y que en las localidades con más de 31.000 habitantes deben disponer de un camposanto de propiedad municipal. Además, el gobierno local también explica que el futuro Plan General contempla una reserva de suelo en todos los cementerios de la parroquias para posibles ampliaciones.
Por otro lado, el Concello quiere dejar claro que la construcción de un cementerio municipal no significa que los finados se puedan enterrar de forma gratuita: «Al igual que en el resto de los camposantos, deberán adquirir las parcelas reservadas para tal efecto», indicó el gobierno local sobre este aspecto.
La creación del cementerio de propiedad municipal multiplicará la oferta de panteones y tumbas autorizadas en el municipio, que en la actualidad ya dispone de más oferta que demanda. Prueba de ello es que el Arzobispado de Santiago solicitó en el 2005 licencia en el Concello para la construcción de 720 nichos. Nueve años después, tan solo se construyeron 126 y no se han vendido todos a pesar de que el panteón de ocho nichos cuesta cerca de nueve mil euros.