De este modo, en un tono festivo pero muy ruidoso, y en el que se entonaron lemas ya conocidos -«Somos traballadores, non defraudadores» o «máns arriba, esto é un atraco»- y en el que no faltó la Rianxeira, los pensionistas exigieron la anulación de los requerimientos de pago por los subsidios que han percibido de otros países, así como de las multas por no haber declarado tales ingresos en la Renta de los últimos cinco años. En este sentido, recordaron que o no se les informó en su día de que tenían que hacerlo o que, cuando preguntaron a los funcionarios de la Agencia Tributaria, se les dijo que no era preciso declarar estas pensiones.

Además, insistieron en que está en discusión que «haxa que facer efectivo en moitos casos esas cantidades aquí, en España, toda vez que son subsidios doutros estados». Ante esta tesitura, entre otras cuestiones exigieron que se modifique la legislación actual para que las pensiones del extranjero tributen en los mismos términos que las nacionales, «porque están cotizando como se foran rendementos de traballo. Estás a pagar un vinte ou un vinte e pico por cen, cando as de aquí, polo mesmo capital, cotizan a un tres ou un catro por cento», precisó Suso Méndez, de la plataforma de emigrantes retornados de Lugo.

Compartiendo marcha, los preferentistas, que reclamaron la devolución de los ahorros que, en su día, fueron invertidos en participaciones preferentes y subordinadas. Demandaron la devolución integra de las cantidades atrapadas, al tiempo que exigieron el fin de la quita que se aplicó.

En este sentido, recordaron que son muchos los afectados que están sufriendo en sus bolsillos ambas consecuencias. Es el doble drama de algunos emigrantes retornados que han visto cómo los ahorros de toda su vida, logrados trabajando en el extranjero, fueron invertidos, en una gran parte de los casos sin su conocimiento, en preferentes. Una suerte de corralito financiero que se ha sumado a las multas y requerimientos que les están llegando desde la Administración central, señaló el marinense Xosé Lois Leirós, uno de los afectados.

La protesta, que partió del entorno de la plaza de A Ferrería, culminó frente al palco de la música de la Alameda. Allí, la primera en tomar la palabra fue María Carmen Freire, de la plataforma de preferentistas de Pontevedra, quien espoleó a aquellos otros compañeros que, en su misma situación, ya han conseguido recuperar, sus ahorros: «Cuando hay un naufragio y consigues llegar sano y salvo a la playa, tienes que tomar cuenta de los que están aún en el mar y echarle una mano».

Por su parte, el portavoz de los emigrantes retornados de la comarca de Pontevedra remarcó que el objetivo es lograr que el Gobierno modifique la normativa que se estaría aplicando a la hora ya no solo de requerirles que coticen por esas pensiones del extranjero, sino también para imponerles las sanciones económicas por los ejercicios en los que tales subsidios no fueron declarados a Hacienda.

Hay emigrantes retornados cuyos ahorros fueron invertidos en preferentes

«Los defraudadores no traen el dinero de Suiza, lo llevan»

Preferentistas y pensionistas ofrecieron dos ópticas opuestas del futuro

 

Ruidosa y colorista son los dos primeros adjetivos que se vienen a la mente de uno al rememorar la movilización de ayer. Ruidosa porque los asistentes no pararon ni un segundo de corear lemas, cantar o hacer sonar pitos, instrumentos musicales y bocinas. Y colorista por los distintos tonos de las camisetas que vestían cada una de las plataformas de afectados.

Aunque permanecieron unidos a la hora de reivindicar sus derechos, unos y otros ofrecieron dos visiones diametralmente opuestas de cómo afrontan el futuro más inmediato. Así, un cierto grado de optimismo y esperanza se pudo atisbar entre los preferentistas: «Antes del verano estará liquidado», señaló José Luis García Portela, quien destacó que en los últimos tiempos se están señalando vistas orales, muchas de las cuales ni se llegan a celebrar porque Novagalicia Banco suele contactar con los afectados para tratar de llegar a acuerdos extrajudiciales.

De este modo, estimó que adscritos a la plataforma de Pontevedra-Marín deben quedar poco más de una veintena de preferentistas que aún no habrían solucionado su problema.

Similares expresiones empleó Mari Carmen Freire, quien anheló que la manifestación de ayer significase «un paso más y un punto final». A este respecto, esta marinense afectada por las preferentes reconoció que «personalmente confío en [Juan Carlos] Escotet -presidente de Banesco, entidad que adquirió Novagalicia Banco-. Pienso que a un empresario de ninguna manera le interesa tener esa imagen de la gente diciendo que les están robando y llamándoles ladrones».

Más negro atisban su futuro los emigrantes retornados, muchos de los cuales no dudaron en suscribir la afirmación de José Dopico cuando señaló que «mentras estea o PP, non solucionamos nada». Es por ello que este miembro de la plataforma de Ferrolterra secundó la convocatoria de las principales plataformas de afectados por las pensiones del extranjero de boicotear a los populares en las urnas: «Non se trata de deixar de votar, senón de ir votar e facelo por quen de verdade nos defende».

Lamentó que, a día de hoy, «en España estanme tratando coma un vasallo e vin dun país onde era cidadán» y donde estuvo emigrado más de cuarenta años.

A escasos metros y encabezando la movilización se situaba el portavoz nacional de los emigrantes retornados. En todo caso, el marinense Xosé Lois Leirós, quien estuvo treinta años emigrado en Suiza, se mostró convencido de que, a la larga, el conflicto de las pensiones se solucionará, «porque se non fora así, non estaríamos na rúa. Cremos que a nosa forza e a nosa enerxía vai mover conciencias».

En este punto, García Portela, tras destacar que la mayoría tienen en común su edad avanzada, lamentó que desde las Administraciones «les llaman defraudadores, cuando en realidad los defraudadores no son los que traen el dinero de Suiza, son los que lo llevan para allí».