El peso de Deza en la diáspora

(06/06/2014)

El peso de Deza en la diáspora

El periodista Martín Fernández presenta en la capital dezana su libro sobre los centros pontevedreses de la emigración en Buenos Aires

laura martínez | lalín 05.06.2014 | Faro de Vigo 

 

Fernández, Crespo y Álvarez durante la presentación del libro, ayer, en el museo de Lalín. // Bernabé/ Gutier

 

"Intentar que el olvido no invada la memoria de lo mejor de nuestra tribu, los emigrantes," con estas palabras define el periodista y profesor Martín Fernández Vizoso el objetivo que persigue con su libro Los centros de la emigración pontevedresa en Buenos Aires. La obra se presentó ayer en Lalín en un acto que tuvo lugar en el museo Ramón Mª Aller y al que también acudió el regidor lalinense, José Crespo, y la concejala de Cultura, María Álvarez.

En este volumen, que se orienta desde un punto de vista social, se recogen las vivencias de los 18 colectivos de emigrantes pontevedreses que permanecen en la actualidad vigentes en Buenos Aires. El autor diferencia dos parte claras en la obra, una de contextualización, en la que se tratan los períodos y motivos que motivaron los éxodos de emigrantes gallegos, y otra en la que se lleva a cabo el estudio de los centros propiamente dicho. Dentro de estos colectivos el conocido como Centro de Lalín, y que aglutinó a Hijos del Partido de Lalín, Hijos de Silleda, Unión de Partido de Lalín e Hijos de Agolada, fue uno de los más prolíficos y que aún hoy continúa siendo un referente en la capital argentina. "Los emigrantes tenían una parroquia de aquí y otra de allá. Así eran de Lalín y allí formaban Hijos de Lalín", explica Fernández para que se comprenda la importancia de estas microorganizaciones que tanto contribuyeron al legado inmaterial gallego tanto en sus lugares de destino como en la propia patria gallega. "Cabe recordar que los emigrantes fueron quienes se encargaron de establecer los tres símbolos que más definen a Galicia: el himno, la bandera y la Academia Gallega" apostilla Fernández.

Es también destacable el peso que los lalinenses tuvieron en la diáspora, ya que cinco de ellos llegaron a regentar la presidencia de estos centros de la emigración. Además, algunos de los personajes ilustres de tierras dezanas como Manuel Colmeiro, Laxeiro, el gaitero Manuel Dopazo, el médico Abelino Barrio, Alonso Ríos, Ramón Valenzuela o Xosé Neira Vilas jugaron también un papel muy relevante en estos centros que aún hoy conservan su recuerdo o legado. En el libro también se hace hincapié sobre la aportación material que los emigrantes acometían en sus lugares de procedencia, desde escuelas, hospitales o incluso firmas empresariales. Así, por ejemplo en tierras dezanas llegaron a establecer un total de trece escuelas.

En la actualidad, a estos colectivos de emigrantes se les plantea el reto de la renovación y pasar de "ser los lugares donde reposa la memoria de Galicia a convertirse en territorios de futuro" apostilla el autor. La disminución de la emigración gallega a Argentina y el envejecimiento de sus socios son los problemas más acuciantes para los centros.