Vigo pierde inimigrantes pero apuntala su censo con familias de la comarca en busca de empleo

(19/09/2014)

Vigo pierde inimigrantes pero apuntala su censo con familias de la comarca en busca de empleo

El fenómeno de los municipios "dormitorio" se diluye. Cae un 60% la llegada de extranjeros

a. méndez 19.09.2014 | Faro de Vigo

La calle del Príncipe abarrotada de transeúntes. // Marta G. Brea

 

 

 

La demografía viguesa experimenta grandes cambios propiciados en gran medida por la evolución de la economía local. Los años de bonanza económica se caracterizaron por la llegada al municipio de abundante población extranjera al tiempo que cientos de "locales" iniciaban un éxodo progresivo hacia los municipios del entorno atraídos fundamentalmente por unos precios más asequibles de la vivienda y una rebaja de impuestos. Este fenómeno que despuntó con el nuevo milenio empieza a revertirse y Vigo apuntala ahora su población con las familias de municipios próximos que regresan a la ciudad confiando en un repunte económico y aprovechando la notable rebaja experimentada por el mercado inmobiliario.

 

La ciudad gana población a costa de su cinturón más próximo y por primera vez en más de una década la inmigración interna supera a la emigración, lo que se traduce en que al cierre de 2013 eran más los vecinos de Porriño, Mos, Baiona, Gondomar, Redondela o Fornelos que decidieron asentarse en Vigo que los vigueses que se marcharon a alguna localidad próxima por motivos laborales o razones económicas.

El último informe sobre movimientos migratorios publicado por el Instituto Galego de Estadística no deja lugar a dudas sobre el cambio de tendencia: en 2013 se instalaron en Vigo un total de 4.210 personas procedentes de algún otro municipio de Pontevedra mientras que salieron en dirección contraria 3.986 residentes. Hace apenas cinco años eran 4.476 los vigueses que compraban casa y se mudaban a algún concello próximo y apenas se censaban en la urbe 3.775 pontevedreses.

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Este cambio también se reproduce a nivel autonómico y ahora mismo son más los gallegos de otras zonas de la comunidad que deciden trasladarse al sur que los vigueses que emigran por razones laborales o familiares hacia algún punto de Ourense, Lugo o A Coruña.

La inmigración intraprovincial es la que ayuda ahora a mantener el saldo migratorio vigués. Se capta a mucha más gente del entorno próximo mientras la inmigración externa cae a mínimos históricos en un fenómeno de ámbito estatal que ha llevado a España a perder población por segundo año consecutivo. El número de extranjeros cayó un 60% en cinco años. En 2008 se censaron en el municipio 2.780 personas de fuera de España, una cifra que en 2013 se quedó en apenas 1.099 personas.

Solo uno de cada siete nuevos vecinos son ahora extranjeros y la suerte de la ciudad olívica es que ha podido compensar ese descenso con familias de otros municipios de Pontevedra. La estadística parece indicar que el movimiento hacia Vigo se produce por motivos laborales, ya que la mayor parte de los recién llegados tienen entre 30 y 54 años -3.365- de un total de 7.186 inmigrantes registrados en el último año.

E igual que cambia la composición del grupo de llegada, también se observan cambios estadísticos entre los vigueses que dejan su hogar. Pierde peso la emigración dentro de la misma provincia e incluso a otros puntos de Galicia y crecen los que deciden instalarse fuera de España. Son un grupo pequeño en comparación con los movimientos dentro de la comunidad, pero el único que aumenta. El último año se marcharon al extranjero 1.139 vigueses frente a los 1.070 del año anterior o los 1.020 del 2008. En estos momentos salen hacia países de la UE en busca de trabajo más vigueses que extranjeros realizan el viaje en sentido contrario.