Aunque el PP asegura que en enero el problema de los emigrantes retornados quedará resuelto porque se empezará a devolver el dinero cobrado por multas y atrasos de las pensiones del extranjero por las que no cotizaban, los afectados no las tienen todas consigo. No entienden que pese a los reiterados anuncios del Gobierno de Rajoy aún sigan llegando sanciones -esta misma semana, las recibieron varios vecinos de Rianxo-. Y aunque en Hacienda les dicen que ese dinero se les acabará reintegrando, prefieren continuar a pie de calle, peleando duro «porque a saber se cumpren ou non o que din». Además, consideran que lo anunciado solo es un parche y luchan para que se les trate igual fiscalmente que a quienes cobran pensiones de España.

Ayer tocó manifestarse en Ribeira. No fue una protesta cualquiera. Aunque buena parte de quienes iban detrás de las pancartas peinan canas, poco les importó enfrentarse a una mañana de perros. Recorrieron las calles mientras el cielo de Santa Uxía no dejaba de escupirles truenos, rayos, vendaval y lluvia. «Tienen muchísimo mérito», se oía decir a los comerciantes que les veían pasar hacia la casa consistorial.

Como si el tiempo quisiese fastidiarles, no dejó de llover, precisamente, hasta que encontraron resguardo en los soportales del Concello de Ribeira. Ahí, una vez más, entonaron sus ya míticas coplas: «Rajoy pelele, Galicia non che quere», «nós traballando, e eles roubando», se les escuchaba mientras sonaban pitos, una cacerola y algún que otro más objeto ruidoso. En medio del estruendo, entraron hacia la casa consistorial dos edilas del PP ribeirense. Una de ellas ni se inmutó ante los cánticos contra su partido. La otra paró a interesarse por lo que allí sucedía.