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Uno de cada cuatro simpapeles que atendía el Sergas accede ya a la sanidad por vía ordinaria

(15/12/2014)

Uno de cada cuatro simpapeles que atendía el Sergas accede ya a la sanidad por vía ordinaria

El programa para inmigrantes irregulares inscribió a 2.113 usuarios

Más de dos años después -entró en vigor el 24 de septiembre-, se inscribieron en el programa 2.113 inmigrantes irregulares. Pero de ellos casi uno de cada cuatro, en concreto 497, ha logrado pasar a alguna de las vías ordinarias de aseguramiento, bien porque ya son beneficiarios de alguien con tarjeta sanitaria -por ejemplo si se casaron- o porque encontraron trabajo y regularizaron su situación.

El Sergas asegura que el programa pasa por un momento de estabilidad tras sus dos primeros años y no genera problemas para este colectivo, muy reacio a la burocracia. De hecho, el subdirector xeral de Planificación Sanitaria e Aseguramento, Francisco López Rois, asegura estar orgulloso de una medida que han imitado comunidades como Aragón o Valencia. El real decreto del Gobierno quitó el derecho a la asistencia sanitaria no urgente a los inmigrantes irregulares excepto a los menores de edad y embarazadas, así como otros colectivos más específicos -víctimas de trata de seres humanos o de protección internacional-, de ahí que en este programa se inscriban únicamente adultos, la mayoría de países sudamericanos o del Magreb. En todo caso, sigue siendo imprescindible que lleven empadronados al menos 183 días y aleguen ausencia de recursos económicos.

En un principio, se hablaba de que en torno a tres mil simpapeles utilizaban la sanidad pública gallega, aunque López Rois sostiene que «no debe de haber mucha gente que se encuentre en situación irregular y no esté en el programa», exceptuando aquellos que llegan a Galicia por primera vez. El Sergas no ha realizado ningún tipo de estudio o estadística sobre qué tipo de servicios utilizan los usuarios o si son asiduos a los centros de salud, «porque no queremos establecer ninguna diferencia con el resto de pacientes del sistema. Tienen una atención normalizada, y seguramente tendrán las mismas demandas que otros en función de la edad o sus condiciones de salud», explica.

Uno de los problemas que tienen los inmigrantes irregulares que forman parte del programa es que deben renovar su solicitud cada año. Desde el Sergas insisten en que es un trámite casi automático, ya que si no lo solicitan de motu proprio, en el momento en el que el paciente extranjero vuelve al centro de salud solo tiene que cubrir un impreso. «Nosotros fomentamos que se renueve porque queremos saber si están en el programa y desde el Foro Galego da Inmigración ya nos han transmitido que hay que huir de preguntas que no son imprescindibles, y estas son, nombre, apellidos y localización», apunta López Rois.

 

«No llega a toda la población potencial»

Según el portavoz del Foro Galego da Inmigración, los inmigrantes irregulares incluidos en el programa de protección social del Sergas no tienen problemas de atención

¿Cuál es el problema entonces? «Fundamentalmente dificultades burocráticas para aquellas personas que quieren acceder. Se les pide documentación que no sería necesaria, o se les envía al Instituto Nacional de la Seguridad Social para comprobar si podrían tener otra vía de aseguramiento», explica Fernández. Ocurre, por ejemplo, con aquellos países con los que hay convenio en materia sanitaria, como Brasil y Chile, pero que se incumple -como es el caso brasileño-, por lo que los inmigrantes se encuentran con problemas para acceder a la sanidad. «Creemos que debería haber más información y difusión, el Sergas mantiene el programa con baja intensidad».

Al portavoz del Foro Galego da Inmigración le preocupa mucho la situación de los menores, que no tienen por qué entrar en este programa, ya que tienen derecho a toda la asistencia, pero la realidad es que algunos no tienen tarjeta sanitaria, «por ejemplo aquellos que vienen como estudiantes y deberían tener un seguro, pero sus padres no abonan». También recuerda Fernández que cuando se trata de menores se exige un informe social, por lo que en casos de prostitución las madres son reacias «porque tienen miedo a que les quiten a los niños». Otra situación que denuncian desde el foro es que el programa es para inmigrantes irregulares, pero hay regulares que al no tener derecho de atención en su país de origen no pueden exportarlo a España, por lo que se quedan sin esta cobertura, algo que ocurre con Rumanía, por lo que «hay gente que está en situación regular, en exclusión social, y peor que los irregulares», sostiene Miguel.

 

Urgencias

El foro también reclama que cuando una persona sin tarjeta sanitaria acude a urgencias y se le insta a firmar el compromiso de pago, se le informe también de que tiene derecho a este programa si lleva seis meses en la comunidad. En resumen, lo que pide el colectivo es que se facilite el acceso al mismo y se minimice la documentación y la burocracia porque «el problema es quien no conoce el programa y no llega a él», concluye.

 

 

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