Mañana, viernes, a las 20.30 horas en el Casino de Mondoñedo habrá una charla muy interesante, de verdad. Estará protagonizada por un joven inmigrante de nombre Salomón, natural de Camerún, que relatará su dura experiencia, especialmente eses 8 meses que echó andando desde que decidió dejar su país de origen para aventurarse a llegar a España.
De eso hace seis años. Salomón Beyo tiene ahora 30 años y realiza un importante trabajo en la asociación El Mundo y África Trabajan.
Salomón nos atendió ayer por la tarde. Está estes días en Mondoñedo porque «una mindoniense me robó el corazón» y aprovechará su estancia en A Mariña para ofrecer esa charla y relatar su propia experiencia.
Él tiene estudios y en su país se ocupaba además en una empresa de construcción. Un día su madre sufrió un accidente y no tenían dinero suficiente para su atención sanitaria: «debíamos esperar un milagro para que ella se curara; no podía ser, no podía quedarme parado».
Fue entonces cuando a sus 24 años decidió salir del país con dirección a España. Estuvo ocho meses andando, en una difícil travesía: «Pierdes toda tu dignidad, es muy duro, muy duro -repite-; pasé hambre, comí de la basura, hice de todo».
Al final logró llegar a tierras andaluzas y lleva cinco años en España, asentado en Andalucía, donde realiza una labor importante en la asociación El Mundo y África Trabajan.
«Todo lo que pasé a lo largo de esos 8 meses valió la pena; al final sí valió la pena porque pude ayudar a mi madre. Ella se curó. Nada más llegar me prestaron 1.500 euros y los envié allá. Cumplí una misión y además cree una asociación en mi país, Camerún, de ayuda a los niños para mejorar su formación», explica.
Le pregunto qué piensa ahora al ver las imágenes de tantos inmigrantes en la valla de Melilla y al otro lado, pendientes de dar el salto todavía a España.
«Les digo: no tenéis que venir, no tenéis que cruzar, lo que veis en la tele es mentira. De eso tratamos de informarles a través de nuestra asociación, El Mundo y África Trabajan. Pero, claro, hay que entender también que muchos de ellos llevan años en el bosque pasando hambre y muchas dificultades, perdieron ya su vida o parte de ella, no pueden volver atrás y muchos de ellos son gente con estudios también (luego tenemos problemas para convalidar aquí los estudios), pero es difícil», dice.
Quienes deseen saber más y se interesen por este problema, pueden acercarse mañana por la tarde, a partir de las ocho y media, por las instalaciones del Casino mindoniense y escuchar a Salomón Beyo. Entenderán un poco mejor el lado humano de este problema de la inmigración cuando vemos en televisión las imágenes de la valla. Escucharán además de Salomón su propia experiencia, que también cuenta en muchos colegios y centros de educación.