Impulsada por un grupo de gallegos alrededor del mundo, el pasado viernes se presentó en la Galería Sargadelos de Santiago de Compostela la plataforma ‘Voltar á terra’, que nace con el apoyo de la Coordinadora Nacional Galega de Emigrantes Galegos Retornados y la Asociación de Emigrantes Retornados Marusía. Durante la presentación de la plataforma se proyectó un vídeo <https://www.youtube.com/watch?v=b-Dl4qsrsr4> realizado por gallegas de todo el mundo.
Según Manolo Do Val, padre de una joven emigrada y coordinador de la iniciativa, en tres de cada cuatro hogares gallegos hay alguien emigrado. Además, destaca que 200.000 personas abandonaron Galicia desde 2007, lo que supone la suma de la población de las ciudades de Ferrol y Lugo.
Por su parte, Natalia Cabana, quien emigra hacia Inglaterra la próxima semana, explicó que ‘Voltar á Terra’ nace con la voluntad de generar conciencia entre las personas que viven en Galicia y las que tuvieron que emigrar, “exigiendo entre todas cambios políticos que nos permitan vivir dignamente en nuestro país y emigrar cuando queramos, y no cuando nos veamos obligadas a hacerlo”.
Esta misma situación la vivieron varias décadas atrás Xosé Lois Leirós y Manuel Domínguez, portavoces de los emigrantes retornados, que llamaron a establecer herramientas propias como la plataforma para romper el círculo de dependencia “que nos fuerza a emigrar”.
También quiso dar su apoyo a la iniciativa Guillerme Ignacio, miembro de Quempallou, quien explicó lo que supone la emigración desde la perspectiva del familiar y amigo, e interpretó una cantiga de Cotobade dirigida a las personas que tenían que marchar a buscarse la vida fuera.
Según señalaron durante la presentación, el primer paso de la iniciativa es la recogida de apoyos individuales y de distintas entidades por medio de https://voltaraterragalega.wordpress.com, y junto a las gallegas en la tierra y en la emigración que quieran colaborar y unirse a la iniciativa, “hacer valer nuestros derechos delante de instituciones que tendrían que representarnos y no forzarnos a marchar”.
