Los 16 regidores de la Costa da Morte abren sus puertas a los refugiados sirios. No obstante, en buena parte de los casos, matizan que es el Gobierno el que debe decidir, organizar, solicitar la ayuda a las Administraciones locales y, en gran parte de los municipios, ofrecer medios, pues muchos no tienen. Sí aportan voluntad. Consideran además varios alcaldes que habría que perfilar las condiciones de vida en las que se haría esa acogida.
Fue el Concello de A Laracha el primero de la zona en tomar parte activa poniéndose a disposición de instituciones europeas, Gobierno y Xunta. El gobierno local llevará la medida a pleno, para implicar a todos los grupos, a vecinos y entidades que quieran aportar medios. Ofrece las instalaciones municipales y creará un registro de familias acogedoras. Exceden competencias municipales, pero desde el consistorio apuntan que actúan desde la madurez en una situación de «extrema gravidade humanitaria».
En Coristanco, el alcalde Amancio Lavandeira cree que la solidaridad ha de ir en los genes y que, si se dan circunstancias y medios, arrimarán hombro. Aún así, cree que las mejores políticas son aquellas que permiten a un ser humano desarrollarse en el territorio donde nace, aludiendo a que el problema es la guerra. La acogida sería una «solución transitoria». También el regidor zasense, Manuel Muíño, cree que la cuestión de raíz «está no que ocorre alí, e que vén pasando hai moito tempo», aunque si es preciso y así se determina, «temos polideportivos, e habilítanse».
«Sempre vai depender do Ministerio que se autorice a súa presenza», apunta Evencio Ferrero desde Carballo. Si autorizase, «por suposto que si» se acogerían. También Eduardo Parga, alcalde malpicán, cree que ha de ser el Gobierno el que tome parte, pero se muestra favorable: «Ten que ser factible que os concellos poidamos coidalos. Non é acollelos para deixalos abandonados». En Laxe, dice el regidor, José Manuel Mouzo, su grupo se reunirá mañana para tratar el tema: «Hai que mirar condicións, pero creo que deberiamos colaborar».
El regidor de Vimianzo, Manuel Antelo, asegura sin dudar que el municipio tiene infraestructuras. Sin embargo, reprocha que el Gobierno no muestre un compromiso claro ni actúe «como lle corresponde». A su entender, debería hacerlo y solicitar ayuda a los Concellos para emprender iniciativas públicas y privadas: «Sempre hai xente disposta a colaborar».
Solidaridad, pero con un plan
En Ponteceso, dice Lois García, las maestras del CRA han acudido al Concello para que se tome contacto con las familias que quieran acoger refugiados: «Dentro das nosas posibilidades colaborariamos». «Resulta obvio que si o fariamos», asegura el alcalde de Muxía, Félix Porto. Explica que el Concello no tiene capacidad económica, pero que, si se organiza con la sociedad civil, «volcariamonos en atendelos, como no seu día se fixo no Prestige». Para José Manuel Pequeño, regidor de Dumbría, el Gobierno ha de organizar, valorar condiciones y dotar de los medios precisos «a Concellos que subsistimos», por más que entiende que «unha labor humanitaria haina que facer». Opina igual el regidor de Cabana, José Muíño. Desde Cerceda, José García muestra la buena disposición, pero ve necesario fijar y pulir condiciones o tiempos. Habría infraestructuras. En Camariñas, dice Sandra Insua, pensaron por ejemplo en Aldea Madeira, si fuese necesario.
«Hai cousas que se nos escapan das mans», dice el alcalde de Corcubión, Manuel Insua. Lógicamente, apunta, si el Gobierno pone medios e infraestructuras, estarían dispuestos. Igual opinan José Marcote, regidor de Fisterra, que ve preciso un plan de acción, y también Ramón Vigo, alcalde de Cee. Cree que la Fegamp tendría algo que decir.
