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Un programa para conocer y sentir las raíces
(29/08/2019)
Un programa para conocer y sentir las raíces
Nuevo verano, y nueva edición del programa Campos de Voluntariado. Más de 20 jóvenes de descendencia gallega se han reunido en Portomarín
28/08/2019
Mejorar el conocimiento sobre la historia, la cultura y la realidad de su tierra, o de la de sus padres. Acercar la historia de sus raíces a aquellos que viven en el exterior. El objetivo del programa Campos de Voluntariado del presente año está claro. En él toman parte más de una veintena de jóvenes, procedentes de Argentina, Brasil, Cuba, Uruguay y Venezuela. Congregados en el castro de Portomarín, durante ocho días han realizado «actividades de colaboración desinteresada y voluntaria en trabajos diversos», explicaba el secretario xeral da Emigración, Antonio Rodíguez Miranda. Unas actividades realizadas en un marco de puesta de valor del propio castro, donde ejecutan visitas teatralizadas. Con estas, buscan potenciar el conocimiento del lugar entre todo aquel que hace una parada en el municipio lucense.
No obstante, las actividades propuestas fueron más allá. Visitar lugares con peso histórico de la comunidad, propuestas naúticas y deportivas, de animación, acudir a diversos museos o, incluso, la creación de menús gastronómicos de los países en los que residen. Desde la muralla de Lugo, hasta la zona vieja de Santiago de Compostela, pasando por la Ribeira Sacra, los jóvenes disfrutaron del entorno gallego.
Durante la realización del programa, contaron con la visitia de Miranda. El secretario xeral da Emigración acudió al encuentro acompañado por la directora xeral de Xuventude, Cristina Pichel, y por el delegado territorial, José Manuel Balseiro. Todos ellos acudieron el pasado lunes hasta el castro de Castromaior.
Hasta un centenar de jóvenes ya han formado parte de estos encuentros durante sus últimas ediciones. Unos jóvenes que han tenido la oportunidad de experimentar un contacto directo con Galicia, el lugar de origen de sus familias. Y es que muchos son los casos en los que la sienten como propia, sin haberla conocido.
De Gondomar a Río de Janeiro
«He tenido la oportunidad de conocer un poco más de la historia de Galicia, de lo que pasaba aquí hace muchos años. Vivir un poco de esa realidad». Luiz López tiene 24 años. Natural de Río de Janeiro, en sus venas corre sangre gallega. En los años 50, sus abuelos dejaron atrás Gondomar, y partieron hacia Brasil.
A pesar de los kilómetros que separan ambas ciudades, la ilusión de Luiz López por conocer sus orígenes, está intacta. No es la primera vez que el joven visita Galicia. Hace diez años, participó en otro programa de la Xunta. Y, a raíz de este, ha conocido el programa Campos de Voluntario. «La experiencia fue muy buena», sentencia.
En sus visitas, ha podido conocer de primera mano su pasado. Entrar en contacto con él. «Mi familia no era de una ciudad grande, y trabajaban también en el campo. Era la época. No es un trabajo similar, pero me siento como ellos se sentían en la época», explica.
«Vemos la emigración como algo necesario. Algo necesario de la época aquí en Galicia», cuenta Luiz. Prosigue afirmando cómo muchos gallegos emigraron a Brasil y, por lo que le han transmitido sus abuelos, «fueron muy bien recibidos. Eran tratados como locales». Incluso, a día de hoy, todavía se pueden ver muchos restaurantes con nombres de nietos e hijos de gallegos que trabajan allí.
Durante esta semana ha disfruado de «unos días muy completos y llenos». Pero los próximos días, superarán cualquiera de sus expectativas. Este jueves viajará hasta Vigo para reunirse con su familia. Sus tíos y primos aguardarán por el joven y, juntos, rememorarán sus orígenes en Gondomar.
De Castro de Rei a La Plata
«No me puedo creer que me haya quedado siendo la primera vez que participo en un programa así». Tiene 23 años, y su familia vive ahora en La Plata. Ahora, porque los orígenes de Amancay Castillo tienen una procedencia distinta: Castro de Rei.
La comida estaba fraccionada, y su familia lo pasaba mal. Explica cómo, en las historias que le contaba su abuela durante su tiempo en Galicia, narraba su salida desde Vigo hacia Argentina. «No les quedaba otra opción que marcharse», sentencia. Aunque su abuela pudo volver a España en varias ocasiones, tanto ella como su hermano se quedaron en el país sudamericano.
Por pura casualidad descubrió este programa. «De boca a boca, me fueron contando», resume. Cuando dio con él, tan solo faltaban dos semanas para el cierre de inscripción. Decidió probar suerte. Se anotó. Y ahora puede afirmar que está en contacto con sus antepasados gallegos.
No se trataba de su primera vez en Galicia. En invierno, disfrutó de unas vacaciones en la comunidad. Tras un tiempo trabajando en Asturias, pudo conocer de primera mano los rincones gallegos. Sin embargo, una espina quedó clavada. Visitar Castro de Rei. Ahora, meses después, se acerca ese idílico día. «Pude conocer mis raíces. Es increíble que ahora vaya a ir».
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