Los extranjeros residentes rehuyen los concellos rurales

(30/03/2020)

Los extranjeros residentes rehuyen los concellos rurales

En medio centenar de ellos los asentados no sobrepasan la veintena // Muras y San Xoán de Río, los menos deseados

El Correo Gallego.

ÁGEL ARNÁIZ 30/03/2020

Captar y favorecer la llegada de inmigrantes es una de las opciones que contempla Galicia para paliar en lo posible el progresivo despoblamiento que está vaciando el rural.

En la geografía gallega, según los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE), a principios de este año había algo más 100.000 extranjeros residiendo en las cuatro provincias. Al analizar su distribución por el mapa gallego, se pone en evidencia que rehuyen los pequeños ayuntamientos rurales, especialmente los de Ourense y Lugo, y que prefieren como destino para establecerse las siete grandes ciudades o las comarcas más dinámicas económica y socialmente.

De acuerdo con los datos de extranjeros residentes en los 313 concellos de Galicia, publicados por el IGE, hay medio centenar en los que su presencia no sobrepasa la veintena.

Casi la mitad de esos municipios, 21, se localizan en la provincia de Ourense. Le sigue la de A Coruña, con 15; Lugo, 12 y en la de Pontevedra hay tan solo un par: Dozón, con solo 9 extranjeros registrados y Mondariz-Balneario, con 11.

En el caso de A Coruña, los municipios con menos de 20 inmigrantes asentados en su territorio se corresponden con los interiores de Vilamaior, Frades, Vilasantar, Dodro, Sobrado, Aranga, As Somozas o Irixoa, entre otros. Son los menos poblados y los menos dinámicos en el terreno económico, aquellos en los que las perspectivas de trabajo y de futuro no resultan atractiva para intentar echar raíces en ello.

Por lo que se refiere a Lugo y Ourense, los destinos que rehuyen los extranjeros son esos pequeños concellos, de montaña sobre todo, como ocurre con los de As Nogais, Cervantes, Pedrafita. Negueira de Muñiz, Navia de Suarna, Ribeira de Piquín, Triacastela o Muras, en el caso de la provincia lucense.

Os Blancos, Rairiz de Veiga, Beade, Montederramo, A Teixeira, Parada de Sil, Verea, Chandrexa, San Xoán de Río, Larouco o Vilariño son algunos de los de la provincia ourensana.

En muchos de ellos, los vecinos procedentes de otros países se cuentan con los dedos de las manos.

De hecho, los dos concellos con menos extranjeros residentes son los de Muras, en Lugo, y San Xoán de Río, en Ourense, con tres cada unos de ellos.

Las preferencias de los extranjeros apuntan, de manera muy clara, a la hora de establecerse en suelo gallego, hacia las capitales y grandes ciudades.

TIRÓN URBANO. Por provincias, las de A Coruña y Pontevedra, con 34.500 y 31.500, respectivamente, concentran más de la mitad de los inmigrados residentes. La de Lugo computa casi 14.000 y Ourense algo más de 13.260.

Son las grandes ciudades las que se presentan como las más atractivas para esa población foránea que elije a la comunidad como destino para vivir.

En ese ranquin, Vigo se coloca a la cabeza con cerca de 13.000. Le sigue A Coruña, algo más de 11.600, mientras que la tercera plaza es para la capital ourensana con 4.844. Por detrás figuran: Lugo, 4.637; Santiago, 4.018; Pontevedra, 2.920 y Ferrol, con 1.591.

Con estas cifras, los xtranjeros no van a representar ninguna solución para el rural vacío.

 Atracción de diez comarcas

•••En el mapa gallego hay una decena de comarcas, las de las siete grandes ciudades, junto con las de O Salnés, A Mariña Central luguesa y la ourensana de Verín, que se han convertido en polos de atracción para los extranjeros residentes en suelo galaico. En ellas están asentados cerca de 64.800 vecinos procedentes de fuera de España, que suponen casi el 65 % del total de los cien mil registrados oficialmente en la comunidad, a principios de este año.

No llegan para cubrir la sangría

•••El pasado año la cifra de inmigrantes que recibió Galicia ascendió a 12.884, mientras que el saldo vegetativo fue negativo, con 15.859 muertes más que nacimientos. Haciendo una simple resta el resultado es que, aún con el colchón de extranjeros, la comunidad restó 2.975 habitantes. Resulta evidente que el volumnen de inmigrados de otros países que llegan a la comunidad, con estos niveles, no cubre la caída poblacional y actúa como una simple tirita en la sangría.