(15/09/2020)
Redacción 13/09/2020
El alojamiento de los refugiados que se quedaron sin techo tras el incendio del hacinado campo de Moria en un nuevo terreno con carpas continuó este domingo con lentitud y ya han podido instalarse unas 300 personas. El campamento temporal se ha levantado en unas instalaciones militares con capacidad para cerca de 3.000 personas, lo que implica que la mayoría de las cerca de 12.000 personas que vivían en Moria se quedarán igualmente sin alojamiento hasta que se hallen nuevas soluciones, tal y como ha recogido el diario griego Kathimerini.
El traslado es lento no solo porque cada persona que ingresa en el nuevo campamento debe registrarse a la entrada, sino porque antes de poder entrar en la carpa que le sea asignada debe someterse a una prueba rápida de covid-19.
El ministro de Migración, Notis Mitarakis, informó desde el nuevo recinto que hasta el mediodía del domingo se habían detectado siete casos positivos. De estos siete, dos forman parte del grupo de 35 personas que habían dado positivo antes de que ocurriera el incendio y a las que se les perdió la pista tras la catástrofe. Todas estas personas son llevadas a una parte aislada del nuevo campo, donde deben permanecer en cuarentena.
La nueva instalación está situada a unos dos kilómetros de la capital de Lesbos, Mitilene, en un viejo campo de tiro del Ejército, cerca del pequeño campo de Kara Tepé, erigido a comienzo de la crisis migratoria en el 2015 para acoger a los grupos más vulnerables y a enfermos. Las condiciones en este campo están lejos de parecerse al infierno que era Moria, que en sus peores momentos llegó a albergar a más de 20.000 personas.
Mitarakis rechazó las informaciones del diario Kathimerini y señaló que espera que las 12.000 personas que se quedaron sin techo en los incendios que arrasaron Moria puedan establecerse todas en el nuevo recinto.
Entre los migrantes y refugiados hay muchos que no están dispuestos a aceptar que su destino va a seguir siendo vivir en un campo en Lesbos, y en los últimos días ha habido varias protestas en la que pedían «libertad», «salir del infierno» y poder abandonar la isla.
Según los medios locales, esta mañana han llegado al puerto de Lesbos cinco nuevos escuadrones de antidisturbios y más camiones de la policía, así como varios vehículos blindados.
Mientras la mayoría de los refugiados continúan a la intemperie acampados en las carreteras que rodean la vieja instalación, el sábado por la tarde llegó a Lesbos una barca con 21 personas de diversas nacionales.
Se trata del segundo bote que arriba en lo que va de mes. Todos fueron trasladados a una zona en el norte de la isla reservada para la cuarentena de los recién llegados, informa Efe.
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