A Coruña

 

Por primera vez en una década, Galicia ganó población y rebasó los 2,7 millones de habitantes. Ante el desplome de la natalidad, que en 2019 registró sus peores cifras desde 1941, la llegada de extranjeros a la comunidad ha permitido contener el declive demográfico que vacía cada vez más localidades del rural y amenaza con retrotraer el censo a niveles de la postguerra —apenas 2,5 millones según las previsiones para el año 2035—. Pese al repunte de la llegada de ciudadanos de otros países —son más de 112.000 los inmigrantes residentes en las cuatro provincias gallegas, 11.000 más que hace un año, lo que eleva el peso de la población extranjera en la comunidad al 4,1%—, la cifra de nacionalizaciones ha caído un 10,5% frente al aumento registrado en el conjunto del país del 9%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Un total de 2.123 ciudadanos extranjeros en Galicia obtuvieron el pasaporte español en 2019, un 60% menos que hace cinco años (entonces fueron casi 5.200) y la segunda cifra más baja del último lustro, tan solo por detrás de los 927 casos contabilizados en 2017. En ese año, un fallo informático en el sistema del Ministerio de Justicia para controlar estos procesos dejó en stand by miles de expedientes en todo el país.

 

Con esta incidencia solventada, en 2018 obtuvieron el DNI español 2.373 extranjeros residentes en la comunidad, pero en 2019 se volvió a romper la tendencia pese a fueron más los ciudadanos que hicieron las maletas procedentes de otros países para asentarse en Galicia. Lejos quedan ya las cifras alcanzadas en 2013, año con un balance récord: 7.795 nacionalizaciones n la comunidad. Se trata de un proceso lento, que necesita de la residencia, un empleo estable y garantizar unos ingresos mínimos para iniciar los trámites, que exigen finalmente pasar una prueba de cultura general y, en el caso de ciudadanos de no habla hispana, un curso de lengua española. Una media de dos años de espera para lograr el DNI español una vez se hayan cumplido los requisitos de residencia, dependiendo del país de origen. De ahí que el punto álgido de este proceso se haya alcanzado en 2013, cinco años después del boom de llegada de extranjeros a la comunidad provocada por estallido de la crisis de 2008.

 

La caída de nacionalizaciones se concentra en el noreste español. Junto con Galicia, Asturias, Aragón, Cantabria, Castilla, León, Extremadura, País Vasco, Navarra y La Rioja registraron el año pasado un descenso en el número de extranjeros que obtuvieron el DNI española, con porcentajes que llegaron a alcanzar un desplome de casi el 30% en el Principado. Por el contrario, en el conjunto del país se produjo un aumento (9%, casi 99.000 más, de los que Galicia apenas representa el 2%), con Madrid a la cabeza (un 25% más) seguida de Cataluña y Baleares (con un aumento ambas de casi el 20%).

 

En Galicia, los ciudadanos sudamericanos son los que más procesos de nacionalización tramitan. En 2019 se hicieron con un total de 969 DNI, lo que supone el 45,6% del total en la comunidad (la lista la lidera Brasil con 253, junto con Colombia (190) y Perú (116). Del Centro de América y Caribe, destacan República Dominicana (224) y Cuba (161) y de Marruecos procede la cifra más alta de nacionalizaciones registrada el año pasado en Galicia: 275, país al que se exigen diez años de residencia para tramitar el pasaporte español.

 

De las cuatro provincias gallegas, A Coruña sumó la mayoría de nacionalizaciones en 2019, con 961 (el 45,2% del total). Le sigue en la tabla Pontevedra, con 694 (32,7%). Lejos de estas cifras cierran el mapa autonómico Lugo (266) y Ourense (202).