La población extranjera se ha cuadriplicado en la Costa da Morte en los últimos 20 años

(25/01/2021)

La población extranjera se ha cuadriplicado en la Costa da Morte en los últimos 20 años

Ya hay más de 2.200 foráneos empadronados, con un gran salto producido durante el año pasado, en plena pandemia

En los 16 municipios de Bergantiños, Soneira y Fisterra, además de Cerceda, hay 2.260 extranjeros empadronados. Muy probablemente la cifra es superior, pero esos son los que aparecen de manera oficial en el censo, que acaba de publicar, como todos los años en enero, el Instituto Nacional de Estadística (INE). Son datos correspondientes al 2020, recogidos ya a mediados de año, con lo que la cifra real puede variar en algunos casos con la actual.

La cifra de 2.260 es significativa por varios aspectos, más allá de las meras dinámicas que se apreciaban siempre de un ejercicio para otro para quien estuviese atento a estos datos. Y cuando había saltos se notaban bien: la llegada de población de Argentina y de Uruguay, sobre todo a Carballo, a principios de siglo; la marcha cuando llegó la crisis económica, emigración local incluida... Por lo demás, casi rutinas, con alzas y bajas.

Pero esta nueva cifra sí es llamativa. En primer lugar, es la más elevada desde que el censo se publica de la actual manera, con un cambio iniciado en el 2001. En segundo lugar, cuadriplica los datos de aquel primer momento, cuando apenas se superan los 500 vecinos del extranjero. Es cierto que los datos de los empadronamientos se han afinado mucho desde entonces, pero aun así da una buena idea del crecimiento, que contrasta con la bajada general de población municipal: los casi 110.000 vecinos de la zona lo son gracias a esos más de dos mil foráneos.

Y otro aspecto muy relevante es el crecimiento del 2019 al 2020: de 1941 a esos 2.260. Son más de 300 altas, y eso no solía verse. Ya solo en Carballo pasó de 657 a 766, casi un centenar del total, pero hay alzas en más lugares. A Laracha, por ejemplo, de 235 a 282. También hay descensos, pero pocos.

En Carballo no hay concejalía de Inmigración, pero en el departamento de Benestar sí hay relaciones con bastantes extranjeros. El año pasado, menos, porque por las restricciones de la pandemia muchas gestiones (como el resto de lugares) fueron telemáticas. Maica Ures, la edila responsable, señala que justo antes de los cierres sí se veía más movimiento, sobre todo para solventar dudas jurídicas y administrativas. También le constan casos de gente que ha llegado a establecerse simplemente porque le gustó el municipio. Y, también como en más puntos, ha habido altas de emigrantes retornados acompañados de sus familias, que en bastantes casos siguen constando con su nacionalidad original. Durante todo el año se han visto llegadas (y compras de casas) de personas que buscaban más tranquilidad que en las ciudades, tanto de España como del extranjero, y eso se acaba reflejando en el padrón.