El 3 de octubre del 2013 un cayuco con 500 inmigrantes a bordo se hundió frente a la costa de la isla italiana de Lampedusa. En ese dramático suceso perdieron la vida 366 personas y un carpintero italiano, Francesco Tuccio, decidió construir una cruz con la madera de aquel cayuco de 2,8 metros de longitud. Después lo cedió a la fundación italiana Casa del Espíritu Santo y las Artes de Milán. En abril del 2014, esa cruz de Lampedusa fue bendecida por el papa Francisco, que pidió a los enviados de la fundación que se encargaran de que la cruz recorriera el mundo para que aquel naufragio no se olvidara y también para honrar y recordar a todos los fallecidos en el Mediterráneo. Los escolares del Virxe Milagrosa leyeron un manifiesto y con ese gesto aportaron su grano de arena. Además de en el colegio Virxe Milagrosa de Bueu, la cruz de Lampedusa hizo ayer otra parada en la Escuela Naval Militar de Marín.