Retirada de la bandera británica de Bruselas al materializarse el brexit el 31 de enero Dominic Lipinski | Europa Press

 

La organización cívica The3Million denuncia «fallos sistemáticos» en el sistema oficial de asentamiento en Reino Unido de la diáspora comunitaria residente en el país antes del polémico brexit, que ponen en riesgo sus derechos y el acceso a subsidios reconocidos en el Acuerdo de Retirada de la Unión Europa.

«Es imposible decir cuántas solicitudes reales se han efectuado», advierte Kuba Jablonowski, investigador de la Universidad de Exeter, en un encuentro de la Asociación de Periodistas Extranjeros (FPA). Hasta el 31 de mayo pasado se habían remitido 6.6 millones de solicitudes - más de medio millón después de la supuesta fecha límite-, pero se desconoce cuántas personas no han hecho la gestión y han pasado a la irregularidad, por voluntad propia o desconocimiento de la norma. «Es un sistema defectuoso, que no proteger a los vulnerables», critica Nicolas Hatton, cofundador de The3Million, tras constatar que nada indica que «nuestros temores eran infundados».

La curva de pendientes de una respuesta gubernamental ha bajado de 600.000 hace un año a 245.700 en la actualidad. La demora ronda entre seis a doce meses en cerca de la mitad de los casos. Y muchos ni siquiera han recibido el «certificado de solicitud», que se requiere para alquilar un piso, abrir una cuenta bancaria o acceder a un puesto de trabajo. La autoridad supervisora de los derechos de la ciudadanía (IMA) ha abierto una investigación ante el elevado caudal de quejas al respecto. Este ente independiente ha interpuesto, además, trámites legales contra el gobierno en torno a la precaria situación de los 2.5 millones de comunitarios que solo obtuvieron un permiso temporal de residencia.

Dahaba Ali Hussen expuso la cadena de «errores burocráticos» que Inmigración cometió al revisar su caso. De familia somalí y nacionalidad holandesa, vive en Reino Unido desde niña, estudió en Cambridge, ha trabajado en la cadena BBC y otros medios británicos, pero tres veces le negaron el estatuto de asentamiento, según rememoró en la conferencia de prensa. A su colega rumana, Andreea Dumitrache, no le dejaron embarcar en un vuelo desde Mallorca a Londres, aunque su documentación estaba en regla.