“Si queréis votar, podréis votar”, asegura el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, en un vídeo publicado en las redes sociales sobre la reforma del voto emigrante, publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Con la supresión del voto rogado, un sistema pactado hace once años por PP y PSOE por el que los españoles en el exterior dejaron de recibir automáticamente las papeletas en sus domicilios y para poder participar en autonómicas, generales y europeas –en las municipales quedaron vetados con la reforma de 2011– debían pedir documentación electoral y cumplimentar unos trámites, se reabren las urnas a casi 470.000 gallegos en la diáspora, el 21% del censo electoral de la comunidad.

 

La reforma permitirá que los residentes en el extranjero reciban la documentación electoral sin tener que pedirla y podrán imprimir las papeletas desde sus casas. También establece nuevos plazos para el depósito del voto en urna (se amplían de tres a siete días) y para la apertura de las sacas procedentes de la emigración (de tres a cinco días, retrasando en el mismo intervalo el plazo del escrutinio general). “Esta medida es imprescindible si se quiere que el esfuerzo de participación democrática de nuestros conciudadanos en el extranjero sea tomado en consideración, pues el plazo actual de tres días desde la fecha de la votación hasta la de apertura de los votos remitidos desde el extranjero se ha demostrado insuficiente para garantizar la recepción de esos votos”, recoge el BOE.

 

“Desaparece la gincana que los dos millones de españoles y españolas que vivís fuera de nuestras fronteras teníais que hacer para ir a votar”, añade Bolaños en el vídeo publicado ayer. “A partir de este momento será mucho más fácil y con todas las garantías”, asegura.

 

 

El cambio en el sistema de votación también refuerza el sistema de identificación de los votantes, en el caso del voto por correo. Continuará siendo obligatorio incluir en el sobre dirigido a la Junta Electoral correspondiente, junto al sobre de votación, una fotocopia del pasaporte o el DNI expedido por las autoridades españolas, o un certificado de inscripción en el Registro de Matrícula Consular.

 

Para facilitar la participación, se ampliarán los centros para votación, no solo las embajadas sino todos los consulados y los centros oficiales que se habiliten. También se ampliarán los horarios y días de votación. Además, se protegerá el envío de los votos estableciendo que se hagan llegar a España por valija diplomática.