Vigo suma diez años consecutivos en “depresión” poblacional

(07/11/2022)

Vigo suma diez años consecutivos en “depresión” poblacional

photo_camera Inmigrantes dándose de alta en la oficina municipal del padrón de residentes.

José Teo Andrés
Atlántico Diario 07/nov./22

La mayor ciudad gallega completa una decena de ejercicios con saldos desfavorables entre nacimientos y fallecidos, cada vez más negativos. La inmigración, único arreglo

Desde el año 2013 Vigo no ha vuelto a crecer. Así de claro. Al menos no por sus propios medios y ha pasado en una década de tener el mejor saldo vegetativo de Galicia al segundo peor. Si ha ganado algo de población -prácticamente nada en este período, según el INE y el propio Concello- se debe al movimiento de entrada de inmigración, en especial la extranjera, que ha sido muy importante. Más que nunca. Desde 2013 a 2022 se empadronaron algo más de 4.000 personas llegadas desde fuera de España, alcanzado en la actualidad 22.600, el número más alto de la historia. Y la tabla de salvación de esta ciudad. Porque en sentido contrario, Vigo no hace sino perder habitantes y ya acumula diez ejercicios en saldo vegetativo negativo, es decir, la diferencia entre nacimientos y fallecidos. Es la primera vez que pasa en la historia reciente de la ciudad, probablemente desde los años treinta, pero el proceso parece más que consolidado a tenor de la pirámide. Los datos son concluyentes: hasta 2012 los balances demográficos eran muy positivos, a menudo por encima de los 400. Eso en este siglo, porque en los años sesenta y setenta del pasado siglo los números eran espectaculares, con más de 2.000 altas netas. Así se forjó Vigo y convirtió en la primera ciudad de Galicia, a finales de los sesenta.

En el XXI el último gran año en positivo fue 2008, con un saldo vegetativo de algo más de +400. No por casualidad: el ciclo alcista de la economía se venía abajo ese mismo año, en que comenzó una crisis que se alargó hasta la siguiente década. Pese a ello, todavía hubo números positivos, aunque cada vez más estrechos. En 2012, el último momento, con apenas +9 en el balance. Y a partir de ahí, el pozo. Falta por conocer el dato de 2022, pero con seguridad será negativo, probablemente el peor de todos por la caída sin fin de la natalidad y el incremento del número de fallecidos, consecuencia del envejecimiento de Vigo, otra progresión que parece imparable.

Las cifras resultan contundentes: en 2013 el balance fue de -150. En 2014, de -70. En 2015, primer golpe, con -400 y a partir de ahí, cada año peor. En 2019 se alcanzó un -1.100 y en 2021 fue todavía superior, con -1.176, al descender los nacimientos registrados en el municipio a 1.700. Para 2022, se espera una cifra aún más negativa, probablemente sobre -1.200: los cálculos parciales señalan un descenso todavía mayor de los partos. Como ya indicó este diario, en 2021 solo dos municipios gallegos presentaron saldo vegetativo positivo en 2021, Ames (área de Santiago), con 31 nacimientos más que muertes, y Salceda de Caselas (área de Vigo), con 13, según datos del Instituto Galego de Estatística. Y en 2022 no es probable que vaya a cambiar la tendencia.

El 60 por ciento más de fallecidos que nacimientos

Puestos a consolarse, de momento Vigo no tiene el peor  saldo vegetativo de Galicia, aunque por muy poco. En el último realizado el líder fue la ciudad de A Coruña, con 1.252 fallecidos más que alumbramientos. Entre las siete ciudades, le sigue: Vigo (-1.176), Ferrol (-649), Ourense (-636), Lugo (-371), Santiago. Y solo dos municipios gallegos presentan saldo vegetativo positivo en 2021. Ahora mismo, en Vigo hay un 60 por ciento más de fallecidos que de nacimientos. Y la evolución apunta a que no tardará mucho en que haya el doble de defunciones que de partos registrados en la ciudad.

Todo ello en una Galicia en picado. En julio, el IGE confirmaba el resulatdo ya publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) de que en 2021 se produjo el peor saldo vegetativo en Galicia desde que hay registros (1975). No obstante, hay ligeras variaciones en los datos provisionales de ambos institutos estadísticos.    El INE apuntaba a un saldo vegetativo negativo de 18.057 personas, cifra que eleva el IGE hasta 18.084.